¡Feliz día, Sr. Caballero!

CD Linares 1 Cádiz CF 3

Era el día soñado. Demasiado para que el regreso de Carlos Caballero al que fue su lugar de trabajo durante las últimas temporadas tuviese encima motivación extra. Eran tres puntos, necesarios, para seguir creciendo y cogiendo perspectiva desde el frente de la clasificación.

La visita a Linarejos había que afrontarla con los machos bien apretados. Las estadísticas, que ya sabemos para que sirven, no mentían, el equipo más goleado y uno de los colistas de la tabla, recibían al vicelider, máximo goleador, y encima con una diferencia en los presupuestos de las que suelen dictar sentencias al final de una liga.

 

El encuentro por tanto se las tenía y el Cádiz salió con la lección bien aprendida. Posesión, mucha poseseión, balones a las bandas y esperar la oportunidad que seguro terminaría llegando. Pocas ocasiones, pero el dominio pertenecia a los amarillos hasta que al filo de la media hora, buen despliega por la izquierda que terminó con centro de Raúl López al corazón del área. Allí, y sin control previo, apareció Carlos Caballero para ajustar a la derecha de Joaquín Mosso que volvía a la portería linarense. Entre que era la portería de la torcida azulilla y que el autor del tanto no celebró el gol por su pasado la marea amarilla tardó unos instantes en reaccionar tras lo que era el gol que empezaba a hacer realidad el sueño de Carlos.

 

No cambió nada tras el primer gol. El Cádiz se sabía superior y una y otra vez amagaba sin disparar por las inmediaciones del área capitaneada por Chico. Pero llegó el minuto 44. Un choque de dos zagueros azulillos en la posición del lateral zurdo acaba con uno de ellos en el suelo, fuera del campo y con balón en banda para el Cádiz. Momentos de confusión pero el árbitro mandó sacar. Cristian lo hace, el balón le llega a Ënrique que otea el horizonte, ve a un päjaro que sobrevuela el área de Mosso y allí la pone. Poco necesita Toedtli que listo como pocos, se desmarca y desvía lo justo para hacer el 0-2 y casi festejarlo camino de las duchas.

 

Nada hacía presagiar que el Cádiz fuera a sufrir tras la reanudación. Pero al minuto uno Raúl le mete las manos en los riñones en su par y el árbitro decreta falta. Todos al área. Jugada típica de segunda B. Toca defenderla. Pero no se hace. El balón, que parecía perderse por el segundo palo encuentra a Fede que casi sin querer la mete dentro. Quedaban 43 minutos más el alargue y, o el Cádiz marcaba otro, o iba tocar zafarrancho en defensa. Afortunadamente para los cadistas, sólo la incertidumbre del marcador hacía pesagriar perder la victoria. El Linares que arriesgó lo suyo con los cambios apuró sus opciones, que las tuvo todo hay que decirlo, a pelota parada. Es lo que tiene regalar goles. No obstante, el Cádiz hizo más para ganar y su afición era justo tuviera un final tranquilo. Eso sí, fue solo de dos minutos, los que quedaron desde la puntilla al marcador y al encuentro que dio el Sr.Caballero tras una buena asistencia de Fran Cortes a pelota peleada y ganada por Rubiato. Era el 1-3. Las velas se soplaron dentro.

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