Esta vez salió vivo el Cádiz


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 El Cádiz ganó su segundo partido cuando más falta hacía. Se sigue vivo. Foto: Cortesía Zaragocistas.com  para cadistasfinos.com

logo_small_new.gif Al menos salimos vivos fue la frase con la que Víctor Muñoz resumía en sala de prensa el Zaragoza-Cádiz de la primera vuelta. 18 partidos después, y aún sin saber lo que diga nuestro Víctor Espárrago hoy, seguro que no diferirá mucho a lo dicho en su día por su tocayo. El Cádiz ganó al Zaragoza. Lo hizo además devolviéndole el marcador, un 1-2 que ha supuesto el gran alegrón del mes para los cadistas. El partido, disputado en un Estadio que presagiaba marejada, no pudo empezar mal para los hoy vestidos de amarillos por partido doble. Lo mismo que ocurría en Vigo, Mallorca o Valencia, a Ale Limia le metían lo primero que le chutaban (lo del cancerbero argentino fuera de Carranza es digno de estudio sicológico). Las caras de los nuestros, en especial la de los centrales, presagiaban debacle. Una y otra vez eran Ewerthon, rapidísimo mientras tuvo fuelle, o Savio los que se plantaban ante un cariacontecido arquero amarillo (hoy celestón). Pero el Cádiz supo sacar partido de la lección del Betis. No hacía falta nada del otro mundo para ganar un partido. Simplemente tener fe en las posibilidades de salvación, esperar la ocasión que habría que producirse, y sobre todo no perder más la concentración en defensa. El ABC del equipo modesto, las armas del Cádiz de siempre, algo que se recuperó a falta sólo de dos minutos para el descanso. Fue a raíz de una tímida presión atacante cadista. El Zaragoza pierde un balón. Lobos se mete en el área con Álvaro. Un sombrero, dos amagos, el brasileño al suelo y también Milito que derriba a Lobos. Luquitas es el que menos nervioso se pone de todos los cadistas que vieron llegar el empate.cadiz_pavoni_chiclana.jpg Quedaba todo un segundo tiempo que nos hacían albergar esperanzas. El Zaragoza debía acusar el esfuerzo físico del partido del miércoles y debíamos saber leer el partido. Ya llegaría la ocasión para dar el zarpazo. El Cádiz de Espárrago, como suele hacer siempre, salió con brios. Prueba de ellos es que nada más reanudarse el encuentro, de nuevo Lobos (empieza a justificar su fichaje, este Lobos si asusta con sus aullidos) quiebra y centra con precisión en el área de César. En su interior, hasta cuatro jugadores amarillos (Fleurquin, Enrique, Varela, y Pavoni). Finalmente es Matías quien tras controlar perfectamente con su pecho, es más rápido que Milito para fusilar a César (volvió a tener un día más que negro). A partir de ahí, sufrir, sufrir, sufrir. No sé si será el sino del cadista o no, pero seguro que es el sino del equipo que busca eludir el descenso. Una victoria que el tiempo dirá si vale para la permanencia.

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