El quinto triunfo llegó por fin

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El Cádiz se despide con una media sonrisa. Ya era hora.

Desde el 4 de noviembre no marcaba el Cádiz un gol. Desde el 21 de octubre no ganaba el Cádiz un partido. Por mucho que se supiera, que se sabía, aunque más de un aficionado ni siquiera ha sido capaz de mirar la clasificación en mucho tiempo. Era obvio que el encuentro de este 22 de diciembre con el que se cerraba el año horrible del 2012, tenía mucho en juego. Mucho, muchísimo más de los tres puntos. Significaba además el segundo encuentro de Raúl Agné al mando de la plantilla, por lo que el técnico aragonés sabía que más que otra cosa, lo vital era tomarse las uvas conociendo las mieles del triunfo por vez primera como entrenador del Cádiz CF.

Enfrente un rival amigo, de la provincia. Desde primeros setenta no jubaba el Aleti en Carranza en partido de liga. Se presentaba, señal inequivoca de la derrota de la nave amarilla de octubre-noviembre con cinco puntos más que los locales y con un viejo conocido en el banquillo, Pedro Buenaventura. Un rival incomodo con el veterano Romerito como eje en la zaga o con el jerezano Jorge Herrero en la medular como hombres más experimentados, sin olvidar otros como el incombustible Oscar Silva.

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cad_slq_18.pngPor su parte, Agné, en su segundo intento, volvía a colocar a Villar como punta, aunque en esta ocasión acoampañado de Belencoso. Para Viyuela la banda derecha, mientras Pablo se dejaba la banda izquierda. Eran los hombres más ofensivos. Por detrás de ellos Fall y un desacertado Indiano, mientras que Moke y Bermúdez se ganaron los laterales y Albentosa y Domingo la pareja de centrales. Por detrás, Aulestia, olvidado ya su error frente al Real Jaén.

No estuvo atinado el Aleti en el inicio, y lo cierto es que sin apenas quererlo los amarillos estuvieron en un tris de romper la sequía muy pronto. La ocasión más clara, un mano a mano de Villar con el guardameta Fran. Disparo con tino el delantero onubesense si bien Fran con el pie se encontró el disparo. El balón acabó en corner, esquina fondo sur con preferencia. No ocurrió nada en esa ocasión, pero si poco después. De nuevo otro saque de esquina y se impuso el enorme poderío de Raúl Albentosa en el juego aéreo. Se celebró el tanto con enormes ganas por parte de jugadores y afición. Precisamente en esa misma portería, también de cabeza y a la salida de otro corner, no marcaba el Cádiz. Lo hacía Moke al Arroyo.

Que el Cádiz CF no está bie se pudo vislumbrar en los tres minutos que siguieron al gol de Albentosa. Y es que cuando el 1-0 ya debió tranquilizar los ánimos, dos pérdidas de balón sin intervernir para nada los visitantes dejaban la impresión clarividente que el cuadro de Agné estaba hecho un flan y que o llegaba pronto el 2-0 o se iba a sufrir de lo lindo. Un sufrimiento que pronto se vio que el Aleti sabía por donde podía llegar mejor. No una, sino una y otra vez, los verdiblancos buscaban la espalda del zaguero zurdo en balones diagonales para que Silva o Kike enfiliaran a Bermúdez. Sin apenas disparos a la puerta de Aulestia, por ese perfil los visitantes consiguieron encerrar al Cádiz en varias fases y provocar saques de esquina.

Ese era el guión con el que se terminó el primer tiempo. Un guión que fue a más en el segundo tiempo. Buenaventura se la jugó muy pronto, a los seis minutos, dando entrada a dos cambios, ambos para percutir por el lado de Bermúdez, Ezequiel y Calatayud. Kike podía una y otra vez con Bermúdez, a la vez que también dejaba en evidencia a Garrido, que tuvo que saltar al terreno de juego para cubrir el hueco dejado por la lesión de Albentosa. Realmente disparo a puerta con peligro sólo hubo uno, de Jorge Herrero, que repelío el travesaño de Aulestia. Por parte amarillo, un cansado Pablo, fue relevado por Dieguito, mientras que un poco antes, Aitor Núñez, relevaba a un desconcertante Carlos Indiano, para que Moke se colocará con Fall como pareja de mediocentros. Una oportuna variante táctica de Agné que quizás, junto a la entrada de Dieguito sirviera para amarrar el encuentro, a pesar de que desde la grada cosechara división de opinion. Pero realmente, y hoy más que nunca, al Cádiz sólo le valía parar la sangría de tropiezos y terminar el año con otra cara, la de los tres puntos y el acierto cara al marco contrario.

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