El Cádiz ni se vio en Vigo

Visto y no visto. El Cádiz se llevó una manita.

Fue un visto no visto. Poco después de la media hora el Cádiz ya perdía dos a cero. Resultado con el que se llegó al descanso. Se repitió la historia de hace dos semanas también en tierras gallegas. Pero el Celta, a pesar de los pesares, no es el Racing Club de Ferrol y tras el descanso todo fue a peor que en A Malata.

Como en tierras gallegas, Procopio realizó la misma variante táctica. Poner a Gustavo López en el eje del mediocampo. Poco duró el empuje inicial, pues al cuarto de hora Jesús Perera hacía su segundo de la tarde (fue también el autor del primero). 3-0, partido que podía considerarse perdido y con olor a goleada a poco los celestes quisieran hacer saña. Tres minutos después del tercero, Natalio Lorenzo dejó su sitio a Manu. El valenciano no aporta nada cuando juega lejos de Carranza. Pese a que Balaidos le venía al dedo por sus espacios, de nuevo Procopio no se lo pensó y volvió a sentarlo como en Ferrol. De aquí al final todo fue un correcalles. Alejandro Menéndez ya tenía claro que iba a pasar una semana tranquila tras su debu y sólo le quedaba contemplar el que terminó siendo el partido más fácil que ha tenido el Celta esta temporada. El correcalles final trajo cuatro goles, dos celestes y dos amarillos. Marcaron Dani, de cabeza, y Barreiro, mientras que el nigeriano Owusu Abeyey y Jorge Larena, de penalti, llevaron el cinco a dos a Balaidos.

Quedan cuatro partidos y el Cádiz necesita ganar uno y, quizás, sumar algo más. Pero para que eso suceda el Cádiz debe ser competitivo, debe dejarse ver. En Vigo ni se vio.