Deberes cumplidos

Burgos C.F 0 Cádiz C.F 2cadiz_nenad.jpg Fue mucho más fácil de lo que se esperaba. El Cádiz se impuso con el mínimo esfuerzo a un Burgos romo en ataque y con un portero de juguete. El frío, la estrechez y dureza del campo, la proximidad de la grada burgalesa, la eliminación del Racing de Santander,… todo nos hacía prever que el Cádiz lo pasaría mal en El Plantío pero los chicos de Espárrago volvieron a demostrar que tienen un sentido especial para resolver situaciones complejas y lo hicieron por la vía rápida. En el minuto cuatro Iván Ania lanzó una falta que fue repelida por Cabrero y que Benajmín remató primero con la cabeza y después con el pie para hacer el 0 a 1. El inicio del partido del Cádiz estaba siendo excelente. Tenía la pelota, la tocaba con criterio y cuando la perdía la volvía a recuperar con rapidez. En esta dinámica las ocasiones se repetían sin cesar. Primero Ania a pase de Enrique, después el extremeño, más tarde Miroslajevic, de nuevo Enrique, esta vez de cabeza. La zaga del Burgos se veía desbordada por el juego veloz de Enrique por la derecha y por la clase de Benjamín y Ania por la izquierda. El Burgos se recuperó algo del golpe y adelantó las líneas. Un fallo de Navas y un disparo lejano de öbolo fueron las ocasiones más claras burgalesas en la primera mitad. Cuando el Cádiz se dio cuenta de que podría complicársele el partido volvió a hacerse con la manija y, de nuevo, llevó peligro a la porteria burgalesa. Enrique fue uno de los más activos, aunque por tres veces falló en la definición, solo ante el guardameta Cabrero. La sentencia estaba cerca y llegó con una falta botada por Manolo Pérez que José Julián de la Cuesta peinó lo justo para que Cabrero no llegara. Con cincuenta minutos por delante el partido estaba concluido y así lo entendieron los dos equipos. La segunda parte estuvo acorde con el clima: muy fría. El Burgos era un quiero y no puedo y el Cádiz sabía perfectamente nadar y guardar la ropa. Estos segundos cuarenta y cinco minutos sirvieron más para ver detalles individuales como un testarazo de Nenad que se fue a la cruceta o una falta botada por Ivan Ania que salió desviada por poco. El único peligro del Burgos llegó en un error de entendimiento entre De la Cuesta y Navas que Óbolo no supo aprovechar. Poco más aportaron los burgaleses. De los amarillos, Ania demostró su enorme calidad, al igual que Benjamín, pero el vallisoletano está totalmente fuera de forma y la segunda parte trotó por el centro del campo sin ningún derroche físico. En el lado negativo, la lentitud de Manolo Pérez, los errores de Marc Bertrán y Navas y la torpeza de Nenad. Estos cuatro demostraron por qué son el fondo de una plantilla completa. De Burgos nos vamos con la satisfacción de tener un grupo de profesionales responsables que no dejaron que se complicara un partido en el que la superioridad de categoría hizo el resto. El Cádiz ya está en octavos y, allá por Enero, se tomará otra ronda de copa.

Autor:Ccapital

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