Cuando se acierta dos veces

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Victor acertó dos veces el domingo

Mucho se ha hablado de la alineación que Víctor Espárrago presentó en el partido contra el Almeria. Más aún después de que la salida en la segunda parte de Manolo Pérez, junto con Enrique, revolucionara el equipo y permitiera la remontada. Algunos se han permitido dudar de la conveniencia de haber dejado al 23 del Cádiz en el banquillo. Sin embargo, la lección que dio el mister cadista fue auténticamente magistral.Si hay dos características que definen al uruguayo son la experiencia y la honestidad. La primera es esencial para lidiar en una situación como la actual del Cádiz, en la que todos –jugadores y técnicos- están sometidos a una presión extraordinaria. La segunda, la honestidad, es un instrumento básico para tener el respeto de un grupo humano como el que forma la plantilla del Cádiz. En ese sentido sitúo el primer acierto de Espárrago.La alineación con Bezares y Suárez como medios centros titulares transmitía un claro mensaje a los componentes de la plantilla amarilla: “Aquí el que sale y lo hace bien, sigue jugando.” La actuación de Roberto Suárez ante el Lleida le concedió el crédito suficiente para ser titular ante el Almería y el mister corroboró esa actuación con la confirmación de la titularidad.

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Suárez se ganó su plaza en Lleida
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Enrique con la ropa de banquillo

En este punto, llegamos al descanso del partido. El Cádiz perdía 0 a 1 con un Almeria bien plantado y que apenas había creado peligro. Los amarillos basaban su juego en el pelotazo sobre Oli, Pavoni o Sesma. La inactividad de Dani Navarrete y la falta de una referencia en el centro del campo para sacar el balón dificultaban el juego ante un equipo que había obtenido la renta suficiente para limitarse a esperar a los amarillos. Al entrenador uruguayo no le dolieron prendas en introducir en el descanso a Manolo Pérez, demostrándole así que su banquillazo no había sido un castigo para Pérez sino un premio a su sustituto.La entrada del campo del catalán vino acompañada de la incorporación de Enrique. El extremeño era el otro hombre que necesitaba el Cádiz. Enrique ha demostrado ser un jugador explosivo, incisivo y vertical. La duda es si se trata de un hombre para noventa minutos o es de aquellos que desarrollan mejor su labor saliendo del banquillo. Personalmente, creo que el ex del Cacereño rinde más cuando sale del banco puesto que en 45 o 30 minutos puede aprovechar al máximo sus condiciones. Me recuerda, salvando las distancias, a un delantero que tuvo el Madrid en los ochenta, Paco Llorente, especialista en conducir remontadas merengues.El acierto del mister con los cambios se vio corroborado con las jugadas de los goles. El primero nació de una falta a Enrique que Manolo Pérez puso en la cabeza de Paz y el segundo de un pase del 8 cadista que Oli materializó. En realidad, estos datos son meras anécdotas, porque lo que se demostró es que el Cádiz debe usar 14 hombres para ganar un partido y tan trascendentales son los 11 titulares como los 3 sustitutos. Más aún cuando el cuerpo técnico acierta con la alineación y con los cambios. por Valdanito

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Autor: Valdanito

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