El sevillista Rodri acabó desquiciado pese acabar con la imbatibilidad de Campos


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 Rodri, de cabeza, batía a Alvaro Campos que llevaba más de 3 partidos sin encajar. El canterano, sin embargo, se las tuvo tiesas con el público al que mandó a callar en un gesto poco edificante para un futbolista en formación. Como suele suceder en estos casos…

Trescientos veintiocho minutos. Fue el tiempo que el Cádiz se mantuvo imbatido desde la llegada de José González. Fueron los minutos que Álvaro Campos logró mantener su puerta a cero. Ni Caravaca, ni Jumilla, ni Puertollano lograron superar al meta valenciano. Pero el Sevilla Atlético, y más concretamente Rodri, sí. Un gol que rompía la racha de imbatibilidad del Cádiz, pero que no fue suficiente para evitar que la de victorias se truncara. Fue en un centro desde la izquierda. El máximo artillero de la categoría fue más listo que nadie, metió la cabeza en el momento justo y superó a Campos. En la celebración tuvo un feo gesto, cuando intentó silenciar a la grada de Carranza, algo que parece muy del gusto de los delanteros del Sevilla (en el Carranza Negredo hizo algo similar) Fue el primer gol que recibió el equipo en la tercera etapa de Jose en el banquillo, aunque pudo haber llegado antes.En el primer tiempo Rodri se aprovechó de un error de Campos tras un saque de banda y cerca estuvo de marcar. En líneas generales, el cancerbero amarillo se mostró más inseguro que en otras ocasiones, quedándose a veces a media salida en balones por alto. Tal vez le afectó la jugada del saque de banda. Fue el único borrón de un partido en el que el Cádiz terminó de refrendar que la remontada es real, que el equipo ha reaccionado.Se esperaba un duelo intenso, y lo fue. Mucha rivalidad. Mucha tensión. Era mucho lo que ambos equipos se jugaban en Carranza. El Cádiz supo aguantar el chaparrón, supo mantenerse firme a pesar del error de Campos y de las diabluras de Luis Alberto y Jairo Caballero. En el momento justo marcó.enrique_belmonte.jpgTras el descanso, replegó sus líneas y le cedió la iniciativa al rival. Tal vez demasiado pronto, con cuarenta y cinco minutos aún por delante. El Sevilla Atlético se aprovechó y marcó el 1-1. Sin tiempo para reaccionar, Enrique Ortiz volvió a poner las cosas en su sitio. Grande el extremeño, marcando en el momento justo, apareciendo cuando el Cádiz más le necesitó. Grande también por su veteranía, pues se dedicó a sacar de quicio a los jugadores del filial hispalense: forzó tres amarillas y, al menos media expulsión de Luna fue suya. Grande, finalmente, el equipo.Logró sobreponerse, reaccionar y marcar ante el empate del rival. Supo manejar el partido para lograr la cuarta victoria consecutiva. Esta victoria debe suponer un punto de inflexión, un mensaje claro a los rivales, un punto a favor para la autoestima de la plantilla. Doce puntos de doce posibles de la mano de Jose González. Siete goles a favor. Y uno en contra. De Rodri, pero aún así, el Cádiz ganó.

Autor:Belmonte

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