Enriquinho, arrobinha..


cad_g74_11.jpgEnriquinho, arrobinha …fotos. Tito Martín-cadistafinos.com

arroba.gifEn el Cádiz actual, aún existe un halo de tristeza que nos ha dejado estas últimas temporadas, y en especial el último partido jugado en Alicante, con un desenlace cruel y que ha marcado el devenir del equipo este verano. Pero la vida sigue, y el fútbol no iba a ser una excepción también, y el domingo pasado tuvimos de nuevo fútbol en Carranza, con la curiosa repetición del partido que marcó el inicio de la temporada pasada. El mismo rival, distinta categoría, otros entrenadores, menos público y un poso de amargura en la siempre fiel afición cadista. Un ejemplo de futbolista que parece querer olvidar pronto lo sucedido es el extremo Enrique, que en mi opinión fue el más destacado del encuentro ante el equipo de Marsá. Siempre peligroso y escurridizo entrando por su banda derecha, forma una buena pareja con Cristian, lateral eminentemente ofensivo y con el que se entiende a la perfección. Sobre todo en el primer tiempo la mayor parte del peligro local llegaba por la banda diestra del ataque amarillo. Paredes, buenos centros, primeros toques, regates, eso si, como siempre inverosímiles y nada ortodoxos, fueron algunas de las pinceladas que nos ofreció el extremeño, que ya camino de su cuarta temporada en Cádiz, es uno de los supervivientes del exterminio futbolistico realizado en la plantilla por Muñoz, y ya uno de los veteranos del grupo. Su experiencia se nos antoja fundamental en la categoría de bronce, y ha empezado en buena forma el curso siendo ya de los más destacados en Roquetas, y asistiendo en bandeja el primer gol de Juanma en liga. Se le nota feliz, se ve en buena forma, y se siente crecido con sus marcadores, señal de que una y otra vez intenta demostrar sus habilidades en forma de desbordes y asistiendo a sus compañeros con centros. Esta parece ser que puede ser su temporada, pues calidad no le falta. Mención aparte merece otro superviviente de la última temporada, José Julián de la Cuesta, curiosamente íntimo amigo de Enrique desde que llegaron juntos por las mismas fechas en el mercado de invierno. Y contrario a Enrique, al colombiano no se le ve sonreír, ni transmite buenas sensaciones, tras un pasado frustrado como futbolista de Primera con dos ascensos en su haber. Enrique es el ejemplo para su amigo Julián, y para todos nosotros, que dejemos ya ese poso de tristeza.

Autor:Tito Martín

También te podría gustar...