Teresa Rivero: ¡Vaya ejemplo!
Si dijera lo que pienso sobre la actuación del árbitro en el partido me quitarían el carnet de entrenador. Quien así se expresaba era el poco dado a contenerse en las ruedas de prensa, José Mel, actual entrenador del Rayo Vallecano. Para el que no conozca la “historia” ocurrida el miércoles, decir que correspondía al encuentro de ida de los dieciseisavos de la Copa del Rey. Minuto 93 y el Rayito de Pepe Mel ganaba 1-0 al Espanyol del Chingurri Valverde. En ese instante, y en una jugada más que dudosa el árbitro Delgado Ferreiro señala manos dentro del área del defensa local Amaya. Pena máxima que lanza Luis García y paradón del meta Javi Muñoz, ex portero de los filiales del Málaga y Sevilla. El árbitro manda repetir la pena máxima y esta vez el ariete periquito no falla. Gol y empate a uno final. El escándalo en la barriada madrileña estaba servido…Tan servido que un grupo de aficionados del Rayo provocaron algunos incidentes a la puerta de salida del autocar del Espanyol camino del aeropuerto. La policia tuvo que escoltar la salida de los pericos, que se demoró mientras se intentaba calmar la situación. Hasta aquí todo normal. ¿Qué equipo? ¿Qué afición? ¿Qué estadio no ha vivido una situación similar? Lo que ya no es normal –ella, sin duda no lo es– es lo declarado hoy por la presidenta del simpático club madrileño, que ha acusado al colegiado vasco de provocar al público, y que no le extrañaría que alguien le diera una paliza por su actuación. ¿Actuará de oficio la Comisión Antiviolencia contra la insensatez declarada por la Señora Presidenta? Que sirva de algo ya tengo claro que no.
