Piensa en verde

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Armando bien, aunque el gol dio sensación haber podido hacer más

Al «Dicen que el amarillo» se asoma hoy lunes Jose María Igeño, que firma la crónica del partido en la edición del ABC de Sevilla. Es la crónica vista desde el lado bético. La Liga exige una competitividad que el Betis, hoy, no alcanzaNo es sólo la falta de delanteros: la relajación defensiva del equipo de Serra, que tuvo el marcador a favor, permitió que igualara un Cádiz que estuvo más cerca de ganar.Lo de menos es haber empatado en casa con el Cádiz. Con un rival inferior y de escaso potencial atacante que, sin embargo, aprovechó la justa expulsión de Rivera para igualar el partido y terminarlo con más posibilidades de victoria que un Betis que llegó al final de la pelea con síntomas de agotamiento, y no sólo físico. Lo más grave, porque el punto puede darse incluso por bueno, es la constatación de que el equipo de Serra Ferrer se está desenvolviendo por la Liga sin argumentos suficientes para competir con garantías en cada jornada. En la excepcionalidad de la Champions, en aquellos partidos que han llevado consigo el sello de histórico, el equipo ha dado una excelente respuesta que por desgracia no es trasladable a la competición doméstica. En las grandes ocasiones, en los grandes escenarios, la sobremotivación puede tapar muchos defectos y muchas carencias, que luego aparecen a poco que la Liga te ponga enfrente un rival con las ideas claras y bien armado, en el caso de ayer un equipo consciente de sus limitaciones, defensivo, antipático y dispuesto a no dejar escapar cualquier resquicio que el desarrollo de un partido le depare para sumar puntos.

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 Enrique, de los mejores. Mandó a la ducha a Riverita.Foto: JB/cadistasfinos.com

Al Betis le hace falta un delantero -o dos- como el comer, pero también demostró ayer que no anda sobrado de recursos para manejar un partido en ventaja, para hacerle saber al rival que el choque tiene ya un ganador, para impedir que levante la cabeza un adversario que lleva las de perder, que está obligado a atacar y en peligro de descubrirse atrás. Después de marcar un gol sin haber podido alinear a un solo delantero, porque no los hay, el Betis permitió que el partido se le fuera en el más grave de los tres o cuatro fallos defensivos que puso a disposición del equipo amarillo. Pero es que después estuvo cerca incluso de perder, porque las situaciones de peligro más claras se produjeron en la portería de Doblas.Serra planteó el partido con lo que tenía, y las cosas salieron bien hasta que el equipo verdiblanco se quedó con diez por expulsión de Rivera, que a poco de comenzar la segunda parte vio su segunda amarilla al cortar en falta un peligroso avance de Enrique. Al no tener delanteros a su disposición, el técnico verdiblanco había puesto arriba a Xisco y Edu, mientras fortalecía el mediocampo con una tripleta formada por Rivera, Arzu y Assunçao, por delante de los cuales hacía la media punta Joaquín. Assunçao ejercía su función defensiva por el costado derecho para tapar las subidas de Varela, a quien Serra le dio toda la banda. Dado que quien más se escoraba a la izquierda era Arzu, puede decirse que Serra optaba claramente por el juego por el centro. Defensivamente para controlar el partido por acumulación de mediocampistas y ofensivamente para aprovechar, a falta de una referencia clara arriba, los movimientos por dentro de Edu, Xisco y Joaquín o la pegada de Assunçao. El brasileño fue, de largo, el mejor rematador del Betis mientras éste fue superior al Cádiz, esto es en el primer periodo. Marcó el gol, en una jugada combinada que inició él mismo y que pasó por Varela y Edu, autor de un medido pase atrás que Assunçao aprovechó para batir al meta Armando con un preciso toque con el interior del pie. También mandó al larguero un balón que rebotó en la línea de gol, en unos minutos en los que el Betis -muy equilibrado con los tres jugadores del centro- era el dueño del partido.Pero el equipo de Serra no mantuvo la autoridad en el campo en la segunda parte. En uno de los ataques con espacios por delante que se permitió el Cádiz, se tuvo que jugar la expulsión Rivera, que en efecto se la ganó. Serra reaccionó quitanto a Xisco y dándole entrada a Capi, pero también movió piezas Espárrago y éste lo hizo con indudable intención ofensiva. Pasó a defender con tres y dio entrada a Estoyanoff, Pavoni y Manolo Pérez. Los amarillos fueron otro equipo. Demostraron tener recursos para jugar de otra forma, para cambiar sobre la marcha, mientras en el Betis -en el agotado Betis que juega domingo y miércoles- se quedaba un cambio por hacer.Un error de Juanito, al que «robó» la cartera Estoyanoff en un balón que era muy claro para el bético, terminó en penalti claro de Doblas al uruguayo. Manolo Pérez acertó en su ajustado lanzamiento y, con la igualada, se vio un Betis nervioso, impreciso, sin capacidad de reacción y en algunos momentos a merced de un Cádiz valiente y decidido. A los de Espárrago les faltó visión de juego y último pase -calidad, en último término- para que les saliera bien su apuesta por ganar el encuentro. El pitido final pudo suponer incluso un cierto respiro para la afición verdiblanca, cuyo equipo le había mostrado a las claras la falta de recursos que, a día de hoy, tiene a este grupo atenazado y en puestos de descenso. Puede aceptarse -a medias- que lo de las lesiones es una cuestión de mala suerte. Pero la acumulación de partidos ya se sabía cuando se planificó la temporada. Ahora, el Betis está obligado a buscar soluciones de emergencia. A eso tan inquietante de parchear lo que en su día no se compuso a derechas.

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