Lissavetzky ‘el justiciero’


logo_CSD.JPGCon Mayúsculas.

diario_wdona.jpgJAIME Lissavetzky agarró un cabreo de los gordos cuando, en los recientes Juegos Olímpicos, le fue birlada la medalla de oro a los regatistas españoles de la clase 49er, Iker Martínez y Xabi Fernández. Los daneses cometieron en la última regata un uso claramente INDEBIDO de la embarcación croata tras romper el palo de la suya minutos antes de darse la salida, acción que les permitió conservar el liderato por los pelos pero que les condenaba a una descalificación fulminante debido a que las infracciones al reglamento fueron múltiples. Sorprendentemente, los organismos encargados de decidir se hicieron los suecos, primos hermanos de los daneses, y dejaron malhumorados a los españoles, incluido Lissavetzky. Hasta el mismísimo Tribunal de Arbitraje del Deporte ignoró las incorrecciones y terminó de mosquear a nuestros dirigentes.Los daneses habían sido los mejores en el transcurso de la competición, pero el último día metieron la pata y la justicia deportiva les regaló la medalla de oro. El Cádiz había completado meses antes una temporada horrorosa, pero en la última jornada su rival cometió una escandalosa alineación INDEBIDA que le debía servir para salvar el cuello. Pero los comités federativos elaboraron unos fallos indecentes y desacertadísimos. El CEDD tiene la oportunidad de corregir mañana los interesados desatinos de sus predecesores. Es un órgano dependiente del Consejo Superior de Deportes y Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte y máxima autoridad de ese CSD. A Lissavetzky, al que le cabrean las injusticias deportivas, no le haría gracia que sus jurídicos actuasen con el Cádiz como los bandoleros que perjudicaron al 49er español.

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