Las reglas del juego

En «el día de después» de la esperpéntica jornada vivida ayer por el cadismo, José Joaquín León, Director del Grupo Joly y habitual durante toda la liga en nuestra sección «Dicen que el amarillo» escribe sobre la actual situación el club cadista. Para el periodista gaditano «es triste que la historia termine así» aunque antes da su versión de los hechos. .-.-.-.-.-.- .-.-.-.-.-.-

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Se la jugó a Muñoz, que se la había jugadoantes a él, y le ha ganado.

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Las reglas del juegoMIRANDO hacia atrás sin ira, contemplando el proceso de venta de las acciones del Cádiz, recordamos que fuimos de Pina a Baldasano y después a unos rusos de Barcelona que estaban en una notaría y los dejamos plantados para volver a Baldasano, que era el más seriecito. La operación de venta ya fue mamarrachosa. Conviene recordarlo, y también que Antonio Muñoz dijo que no seguiría en ningún caso, por lo que ahora’ es prisionero de sus palabras, que la afición las apuntó y se las tomó al pie de la letra.Ocurre que Arturo Baldasano, que ha sido presidente de Telefónica Media y Audiovisual Sports, entre otras empresas de primer nivel, no es un ejecutivo de medio pelo, sino un abogado que se las sabe todas y se ha llevado las manos a la cabeza cuando ha visto las cuentas del Cádiz C.F.Baldasano es gaditano, pero no está acostumbrado al estilo chapú que algunos usan por aquí. El Cádiz ha estado en Segunda B y ha crecido mucho, si lo comparamos con lo que había, pero no tiene una estructura de Primera. Eso ya lo sabían, pero Arturo Baldasano y Moisés Israel, que son ejecutivos al modo de Madrid en todo, incluido el atuendo, no han captado algunos detalles del fino estilo del ejecutivo gadita, que hace las cuentas con mucha propiedad y cuando le preguntas y te dice «ya» debe traducirse como «ya te veré, si me acuerdo».A Baldasano le han fastidiado algunas cosas. Una de ellas es que Antonio Muñoz se pusiera en contacto con el Valladolid para mover el traspaso de Jonathan Sesma y De la Cuesta, cuando era público y notorio que García Remón los quería y que los nuevos propietarios estaban dispuestos a que se quedaran. Y todo ello porque si llegaba una oferta en firme y no se aceptaba, como así ha sido, aumenta el importe variable que cobrará Muñoz por la venta de las acciones. Baldasano piensa que Muñoz se la ha jugado, en connivencia con el Valladolid y los futbolistas.A don Arturo no le han hecho gracia otras cosas, como las cuentas de El Rosal, como que no había un euro en caja, como que tuvo que poner dinero para las nóminas de julio, como el contrato de las camisetas sin marca, o como el chollo de la tienda de deportes del Cádiz, que no es para el Cádiz precisamente. Tampoco le gustaron ciertos contratos publicitarios de dudosa justificación y firma. En fin, que el rico chapú gaditano no lo ha terminado de entender, aunque aquí muchos lo consideren de lo más normal.Así las cosas, Baldasano pensó en la espanta, en volverse a Madrid, donde se juega a otro nivel. Pero también sabía que ha levantado expectativas y que en el Ayuntamiento están encantados de quitarse de la circulación del Cádiz a Muñoz. Sólo faltaba ¡una manifestación! Estos asuntos siempre se arreglan con una manifestación. Y la tuvo en las puertas del Hotel Playa, donde dijo emocionado que lo importante era el Cádiz, y esas cosas que se deben decir en tales casos.Se la jugó a Muñoz, que se la había jugado antes a él, y le ha ganado. Cuando Muñoz afirma que le da 48 horas para ponerse de acuerdo en el «anexo», que es el lío del montepío, y amenaza con seguir al frente del Cádiz, el todavía presidente sabe que ya no puede seguir. Es triste que la historia termine así.

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