La tribu del Cádiz ya tiene Cacique

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El Cacique  por fin escuchó la llamada del gol… Foto: archivo/cadistasfinos.com

Difícil de escudriñar este mundo redondo del balón. Si no que se lo pregunten a nuestra pareja más de moda, tan dispares y diferentes, tanto en el terreno de juego como en sus orígenes.Centrándonos en el Cacique Alexander Medina, que fue el protagonista sin discuión en La Rosaleda, lejos quedan las palabras de recelo que, mayoritariamente, recibía de la afición cadista. Ccapital, uno de nuestros redactores, llegó a llamarlo «El primo uruguayo de Nenad». El fútbol, por algo despierta tantas pasiones, no se casa con nadie, y le ha devuelto las luces esta semana a un hombre que dejó su vida en Uruguay. Quería probar fortuna en Cádiz… Ahora quiere ser el jefe de la tribu.Reproducimos interesante entrevista que aparece en El Pais de Uruguay que le hacen al Cacique de vuelta a casa tras sus dos primeros goles como Cadista. La firma Silvia Pérez  desde la tierra natal del Cacique, pero también de Andrés, Lolo o Victor .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-cadiz_cacique_sedenyo.jpgMedina estrechó las flechas a pedido de la gentelogo_cacique.jpgEl goleador reveló que los aficionados querían fotos con él y su festejo mucho antes de haberlo puesto en práctica en España. Ayer hizo dos goles, uno de ellos con la mano SILVIA PEREZ (El Pais Uruguay)Alexander Medina viajaba de regreso a Cádiz desde Málaga donde le había convertido dos goles al equipo local. Iba en auto junto a su esposa, sus dos pequeños hijos y su padre que está de visita en España hace dos meses y medio. «Ya tenía que haber vuelto a Uruguay, pero le cambiamos los pasajes para que se quedara y valió la pena», dijo feliz el «Cacique».—Fue una victoria muy importante para ustedes, ¿no?—Sí, porque recién el fin de semana pasado habíamos conseguido salir de la zona del descenso y teníamos que ganar. Por si fuera poco, los dos llegábamos al partido igualados en 17 puntos. Ganar siempre es importante y más de visitante.—Me imagino lo que significaron para vos los dos goles, sobre todo después de haber estado tanto tiempo lesionado.—Recién volví a jugar el 4 de enero frente a Sevilla por la Copa del Rey. Estuve tres meses y medio sin jugar y uno y medio sin entrenar. Fue muy duro. El dolor no se me iba y me comía la cabeza. Estaba muy preocupado. Comencé en octubre con un problema en los gemelos y luego tuve un edema óseo en la meseta tibial. Me lesioné en una práctica y los médicos me dijeron que la recuperación me iba a llevar tiempo. Fue un largo período y tenía una amargura bárbara. Cuando me lesioné prácticamente no había podido jugar, sólo había estado en dos partidos de titular y en otros había entrado. Me sentía impotente. Nopodía volcarle nada al equipo, que para peor andaba mal. Terminamos el año en plena zona de descenso y yo sin poder responderle a los que habían confiado en mí como Espárrago y la gente del club. Por suerte he pasado muchas cosas en mi carrera y soy fuerte anímicamente, si no hubiera pensado en volverme a Uruguay. Hacía cuatro años que no me lesionaba, que no faltaba a un partido oficial en Uruguay y me viene a pasar justo acá. Yo vine a triunfar y estaba trabajando para eso cuando me lesioné. Por suerte después de tanto sacrificio el año empezó bien para mí.mal_cad_02.jpg—¿Es cierto que el primer gol de ayer fue con la mano?—Fue en paloma con un puñetazo. Iba forcejeando con el zaguero que me marcaba y la pelota me pegó en el brazo o la muñeca. Ni sé, tengo que verlo por televisión. Pero fue sin mala intención y sin querer engañar al árbitro. Por suerte entró y lo cobraron. Estoy de racha porque el fin de semana pasado le hice uno con la mano al Getafe y ese sí me lo anularon. Lo bueno del primer gol de ayer fue que sirvió para darnos tranquilidad. Y después vino el segundo que fue lindo porque definí por arriba del arquero.—¿Festejaste con el arco y la flecha?—Sí, y fue la primera vez que lo hice en España. El primer gol que anoté después de la lesión lo fui a compartir con los médicos y kinesiólogos que habían trabajado conmigo. Se los dediqué a ellos como agradecimiento, porque se quedaban a trabajar conmigo incluso fuera de horario. Pero hoy (ayer) inauguré la flecha. Desde que llegué la gente me lo pedía, incluso en las prácticas. Y se querían sacar fotos conmigo haciendo la flecha, y eso que todavía no lo había hecho nunca acá.—Recuerdo que antes de irte estabas muy ansioso por el pase, sin embargo parece que Cádiz es el lugar ideal.cadiz_cacique_getafe.jpg—Por suerte me tocó España y aquí en Cádiz la gente es muy cálida. Sienten mucho el fútbol, apoyan al equipo constantemente. Se visten todos de amarillo y cantan todo el partido. Son parecidos a los uruguayos y argentinos, pero nadie te insulta y los cantos son siempre en una buena. Siempre dando para adelante. Por ejemplo, la hinchada de Cádiz le canta a la de Málaga y viceversa, pero en una buena, sin insultarse. Y se aplauden mutuamente. Es otro tipo de gente y muy servicial. Incluso cuando estuve sin jugar me apoyaban constantemente en la calle. Por si fuera poco cuando llegamos con el «Lolo» Estoyanoff encontramos a alguien como Andrés (Fleurquin) que se brindó a muerte para ayudarnos en la adaptación y nos hizo todo mucho más fácil. Además hay cuatro argentinos y varios sudamericanos y eso es importante aunque siempre se extraña. Extrañar a los amigos y a los familiares es inevitable.Ojo con las preguntas al juezMedina y su familia viven en Punta de Santa María, un balneario a 20 kilómetros de Cádiz. Mercedes, su esposa, que estudiaba economía está haciendo un curso de contabilidad mientras espera que comiencen los cursos en la facultad donde deberá revalidar algunas materias para seguir estudiando.Los pequeños Matías de cuatro años y Santiago de dos, están yendo a una guardería y ya casi están convertidos en dos andaluces más. Ya tienen el característico tonito de esa zona de España y utilizan palabras como el clásico vale, dicen chocolatina en lugar de chocolate y plátano en vez de banana.Para Alexander en cambio, la adaptación no fue tan fácil como para sus hijos. En un partido le preguntó al juez: «¿qué cobrás?», algo absolutamente normal para el Cacique. Por suerte el árbitro no lo escuchó si no lo hubiera echado. Un compañero le aclaró que debía decir «¿qué pitas?», porque el «¿qué cobrás?» no se usa en España y el juez puede interpretar que le está hablando de plata y tratándolo de vendido por lo que obviamente lo expulsaría de la cancha.

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