El partido que se vió Vitoria

logo_small_new.gifala_cad_01.jpgComo cada lunes, esta semana traemos la crónica del partido visto por la prensa local. En esta ocasión es Txema Sierra en el Noticias de Alava.Misión imposible Afrontaba el Alavés la semana que ayer concluyó con un doble objetivo ineludible. Por un lado estrenar de una vez su casillero de victorias como local y, por otro, tratar de acercarse lo máximo posible al pleno en sus dos comparecencias en Mendizorroza. Pues bien, cuando los duelos ante Espanyol y Cádiz son ya parte del recuerdo, ha quedado claro que el combinado vitoriano fracasó en su empeño. Lejos del éxito que hubiera devuelto la tranquilidad al vestuario, el equipo sólo ha sido capaz de recolectar una paupérrima cosecha de dos puntos que deja las cosas igual o peor que estaban.

Claro que, con ser preocupante, puede que no se trate de lo más grave. Y es que, al margen del resultado, la imagen que ofreció ayer el combinado de Chuchi Cos abrió las puertas a unas nubes peligrosamente negras que se ciernen cada vez más sobre la entidad del Paseo de Cervantes.

Porque, tras el enésimo tropiezo en casa el pasado jueves frente al Espanyol, todo el mundo esperaba -y los propios protagonistas así lo anunciaron- un Alavés que saliera a morder desde el primer segundo y que impusiera su intensidad al Cádiz. Era lo mínimo que se podía exigir a un grupo que, hasta el momento, sólo ha proporcionado disgustos a su parroquia y parece haber tomado un peligroso cariño a los puestos de descenso.

Pues bien, en cuanto comenzaron las hostilidades la teoría pasó a mejor vida. El plantel albiazul, lejos de buscar el ansiado triunfo al máximo de sus revoluciones, se mostró indolente y permitió a su adversario controlar a su antojo el ritmo del choque.

Con una alineación novedosa en la que destacaban los regresos de Carreras, Pellegrino y Jandro -este último tras perderse los últimos compromisos por su esguince de tobillo- y la inesperada suplencia de Bodipo para ceder su sitio a Aloisi, el cuadro vitoriano no encontró el ritmo imprescindible para romper la tupida tela de araña tejida por el Cádiz.

Perfectamente posicionados sobre el terreno de juego, los discípulos de Víctor Espárrago se llevaban todos y cada uno de los rechaces y llegaban con una insultante ventaja a las pelotan divididas. La lesión de Carpintero en el minuto veinte al recibir un fuerte bocadillo en el muslo hizo que Cos y Piterman modificaran su esquema inicial adelantando a Juanito al doble pivote e introduciendo a Gaspar como central pero tampoco resolvió nada. Así, todo el balance ofensivo hasta el descanso de un Alavés que necesitaba la victoria como el respirar fue un cabezazo alto de Aloisi en el minuto 43.

Fútbol directo Con ese panorama, el cuadro local optó por asumir su incapacidad para desbordar con jugadas trenzadas y en la reanudación recurrió al fútbol directo como única alternativa salvadora. Con Bodipo ya en el campo junto a Aloiso, el australiano demostró su pericia para imponerse en los balones aéreos. De este modo disfrutó de las dos mejores ocasiones albiazules pero la primera la desbarató Armando en un córner y la segunda se escapó demasiado cruzada. Al final, nuevo empate ante un adversario fundido tras el descanso y el Alavés que continúa enemistado con el gol y los triunfos como local. Ahora, está obligado a recuperar en los tres desplazamientos consecutivos que le esperan en noviembre algo de lo que ha dejado escapar de Mendizorroza.

El australiano fue el único capaz de crear algo de peligro sobre la portería de Armando cuando el equipo recurrió al fútbol directo y estuvo cerca del gol en tres remates de cabeza

 Foto: EFE/David Aguilar

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