El Cádiz devuelve al Espanyol a la cruda realidad

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 Lotina terminó como lo ven. Foto: EFE

A nuestro «Dicen que el amarillo» traemos la crónica del partido que firma Aintzane Gastesi para «La Vanguardia» .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-El Cádiz devuelve al Espanyol a la cruda realidadLotina alineó un once conservador para recuperar la solidez, pero el equipo se descompuso por falta de ambición. El cabezazo de Abraham Paz, que prácticamente remató solo en un área superpoblada de centrales, fue un mazazo insuperable El Espanyol volvió en Cádiz a su cruda realidad, que le presume un par de meses complicados hasta el final de la temporada. La contundente victoria ante el Sevilla de la última jornada parece más que nunca un espejismo y, tras la derrota de ayer, casi un milagro. Los avisos de Miguel Ángel Lotina, que no deja de repetir que el equipo pierde los papeles en cuanto encaja un gol, están tomando tintes de premonición. Si Gorka encaja un gol, el Espanyol se desdibuja y pierde en unos segundos lo que construye con tanto esfuerzo durante más de una hora. El cabezazo de Abraham Paz, que remató prácticamente solo en un área superpoblada de centrales, le sentó al equipo como un auténtico mazazo y le desmontó todo el trabajo sucio que había realizado desde principio del encuentro. Lotina elaboró un equipo para recuperar la solidez a toda costa, aun sacrificando la capacidad creativa del equipo incluso ante un rival tan flojo como el Cádiz, que ganó a los blanquiazules en fe y en ambición._archivo55_photo_10_1_1_20060305_yes03f2.tif.jpgEl Espanyol saltó al Carranza con instrucciones más que claras: no encajar un gol. Con esta intención colocó el técnico vasco su defensa con tres centrales y el doble pivote Costa-Fredson en el centro del campo, que con los laterales Zabaleta y Domi resultan siete jugadores entregados a labores destructivas, a intentar evitar ese primer gol que desmorona al equipo. Con este planteamiento y Tamudo y De la Peña en el banquillo, los blanquiazules salieron en la primera parte a aguantar el chaparrón del Cádiz, ansioso por conseguir la victoria que se le resistía en esta segunda vuelta y que no cataba desde hacía seis jornadas. Hasta que llegó el Espanyol.El Cádiz no está tampoco para muchos alardes, pero la necesidad del triunfo le aprieta más que al Espanyol y mostró un punto más de ambición. Bajo una intensa lluvia, los primeros 45 minutos fueron un tratado de imprecisiones por la ansiedad de abrir el marcador por parte de los andaluces y de concentración extrema por parte de los jugadores de Lotina. De esta manera, el Espanyol aguantó intacto hasta la entrada de Raúl Tamudo, que volvió al equipo después de tres semanas de ausencia.Tal como se estaba desarrollando el encuentro, sólo la presencia de un delantero como Tamudo, que necesita de poco fútbol para marcar, era una de las pocas soluciones que Lotina podía intentar para llevarse los tres puntos de Cádiz. Cualquier otro jugador, incluidos Luis García y Pandiani, los arietes titulares ayer en el Carranza, habría requerido algo más de actividad creativa para abrir el marcador. Esa que proporcina De la Peña, a quien un resfriado dejó en el banquillo como plan B al posible atasco del equipo.A la salida de Tamudo por Pandiani en la segunda parte le siguió el la entrada en el campo de Ito por Corominas. El extremeño se sumó entonces a las labores defensivas en las que se aplicó prácticamente todo el equipo. Toda una declaración de intenciones desde el banquillo: intentar no encajar un gol y confiarse al olfato y la inspiración del capitán para marcar. Más de 20 minutos tuvo que esperar Tamudo para encarar a Limia con peligro, pero estuvo a punto de abrir el marcador.La fórmula conservadora de Lotina se quedó sin premio. Sí lo obtuvo, en cambio, el Cádiz, que si no por calidad sí por intención y por insistencia marcó a un cuarto de hora del final. El Espanyol no encontró la tecla para cambiar el chip y se resignó a volver a la rutina de una temporada en la que puede terminar sufriendo más de lo presumible.

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