Punto agónico el del Cádiz en Huesca

Garrido y Melero. De los mejores en el partido.

En Huesca han comprendido esta noche del sábado en sus propias carnes lo caprichoso que es el fútbol. En una misma semana han visto cómo sus dos partidos finalizaban de la misma manera, con un gol tras un saque de esquina en el instante final de la prolongación dada por el árbitro. Le pasó a favor en Reus con el protagonismo de Samu Saiz y le ha pasado en contra con el Cádiz, esta vez con un majestuoso remate de cabeza picado de Alfredo Ortuño.

No se trata de pasión ni forofismo, pero si creemos que el empate puede considerarse justo, en un envite enormemente competido entre dos bloques muy bien armados y que han demostrado por qué ocupan posiciones estelares. Se adelantaban los de Anquela de penalti. Una acción que en directo pudo parecer clara, pero que las repeticiones se observa como Sankaré cae en la trampa y se come la finta de Samu Saiz, el hábil mediapunta que también se encargaría de transformar. El gol local vino quizás en los mejores minutos azulgranas, y también los peores del Cádiz. Fueron unos diez minutos muy imprecisos, con el equipo jugando algo más atrás pese a que Cifuentes no fuese incordiado ni puesto en apuros, siendo quizás uno de los partidos con menos trabajo el del portero albaceteño.

Tras el gol encajado, Cervera fue poco a poco intentando armar ofensivamente al equipo y asi fue dando entrada por este orden a Salvi (por José Marí), Aitor García (por Imaz) y a Gorka (por Abdullah). Compitió y no le perdió la cara al encuentro pese a estar en desventaja y el once de Cervera insistió a pesar de correr riesgos en defensa, lo que bien pudo acabar en un segundo tanto que no se produjo. Lo que si llegó fue el extasis para los miles de cadistas que presenciaron el partido en abierto por televisión con un saque de esquina botado de forma magistral con la zurda por Aketxe. El balón llovido desde el cielo con un precisión increíble llegaba al balcón del área chica. Sobrevoló la cabeza de Sankaré y se topó con la de Ortuño. Remate como mandan los cánones, picado y muy pegado al poste de Sergio Herrera que no pudo evitar lo que los amarillos se llevaron todo el partido intentando, el gol.

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