Oportunidad perdida, sólo eso

El empate de esta mañana entre Recre y Eibar no daba lugar a dudas. El Ciudad de Murcia era el Universidad de Las Palmas de hace dos años. Como entonces, una victoria hubiera supuesto que el Carranza fuera una fiesta anticipada de lo mismo que ahora buscamos.Esa era mi reflexión cuando salía de Jerez con la expedición de fin@s rumbo al partido. Me lo callé. No comenté nada. No obstante, en mi fuero interno veía connotaciones distintas de un partido a otro: Sólo habíamos tenido unas horas para evitar darle matiz de euforia a la previa; estaba Espárrago en el banquillo; teníamos a Oli (aunque eso sí vestido de hoy del Cid campeador); Sesma no estaba en el Uni, y por si fuera poco, teníamos la experiencia de entonces.

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Falcon, Herráez y De Quintana.Foto cadistasfinos.com

Pero me centraré en el partido. Los primeros cuarenta y cinco minutos, fueron un calco de una parte de los vistos esta temporada. Málaga B, Murcia, Salamanca, Sporting⦠todos nos aplicaron la misma receta, fuerte presión en el medio campo a la hora de sacar el balón, y fortaleza defensiva sobre todo con nuestras bandas. Si es cierto que el Ciudad era quién más control y llegada parecía tener y más veces llegó en la primera mitad, aunque sin peligro. No obstante, su tridente ofensivo, con Luque en la izquierda, Joao Paulo en la derecha, y el bocazas de Güiza en punta, era para no despistarse, como así se empleó con éxito nuestra defensa, ayudada impecablemente por Andrés Fleurquin.Precisamente fue el uruguayo quien tuvo el gol más cerca en esta primera mitad. Su testarazo tras corner botado desde la derecha por Manolo fue de pizarra, como mandan los cánones. Sólo faltó que se hubiera dejado a las Brigadas amarillas «correr» un metro la portería de fondo sur. Antes de ello, se reclamaron dos manos en sendas jugadas de Enrique. La primera si pareció ser punible y fue la primera de las acciones del árbitro Herráez que, con independencia del marcador, no lo deja en muy buen lugar. Su presencia física, de lo peorcito también de la categoría.En el descanso, era obvio, que el mister iba a jugar la carta del hoy «Cid Campeador» Oli. Lo hizo al cuarto de hora del segundo tiempo, por un voluntarioso Nenad. Con el recién salido del colico biliar, se producía el cambio de Manolo por Juanjo Bezares. Con este doble cambio, el mister daba un mensaje claro, quería ganar el partido, pero tampoco perderlo. Muy acertada la salida del Bicho en un momento donde el poblado centro del campo rojillo superaba al cadista.

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Matías, tuvo la más clara al final.Foto cadistasfinos.com
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El gol de su vida lo tuvo por la izquierda. Vendrás más.Foto cadistasfinos.com

A raíz de las dos sustituciones, el partido tuvo color amarillo. La sola presencia del «9» y la briega, capacidad de recuperar balones, y sacrificio en defensa del guadiareño, hizo que todos presintiéramos que el gol iba a llegar. Y poco faltó. Pues tanto Enrique en tiro a quemarropa, De Gomar (que instantes antes había sustituído a Sesma) y sobre todo Matías Pavoni erraron cuando todo el estadio cantaba el gol que nos hubiera dejado a cinco puntos de Recre y Eibar.A pesar de los cinco minutos de descuento (hubo una tangana iniciada por Iván Amaya que al menos tuvo detenido el encuentro tres minutos). A pesar de que el Ciudad jugó los ultimos ocho minutos con diez hombres por expulsión de Dani Bautista. A pesar de que todo lo teníamos a favor⦠El Cádiz sólo sumo un punto que nos deja igual que cuando perdíamos en Tenerife, aunque con una semana menos por delante.Cuatro ocasiones con marchamo de gol hubo en el partido, las cuatro fueron amarillas, pero ninguna «entró». ¿Qué paso? Una oportunidad perdida, sólo eso.

Autor:Braulio Tiner

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