ONG gaditana salva el cuello de técnico maño en Carranza

Sor Enriqueta y Sor Roberta contentas se  fueron al descanso. Luego la sacaron del patio.

Impresionante obra de caridad la realizada ayer por 14 monjas cadistas a mendigos liderados por Víctor Muñoz. La acción caritativa comenzó con un Carranza lleno y ambiente de gala. Parece mentira que la directiva del Carmelitas CF SAD tuviera la poca decencia de reñir a sus feligreses por acudir poco al convento. En un comunicado oficial de la institución religiosa días atrás, las hermanas mayores de la orden apostólica reclamaron mayor asistencia al rito de fe. Ante tal muestra de poco respeto a los contribuyentes de la causa, estos ni protestaron ni se indignaron con la cúpula carmelita, la cual por el contrario, en vez de agradecer a sus fieles con inversiones necesarias en monjitas goleadoras, nuevos servicios que no huelan a heces en el coro del templo, arreglos en las goteras del patio principal o asientos donde quepan más de media persona en los asientos de los oratorios, se dedican a insinuar poco apoyo por parte de los más creyentes, los cuales con sus aportaciones enriquecen a las clases más pudientes de la congregación religiosa. Dios Nuestro Señor, perdona nuestros pecados, Amén.

Centrados en la donación clasificatoria en si, decir que las monjas amarillas empezaron muy tacañas, parecían del mismo cuño que las madres superioras, y no daban ni agua al pobre conjunto de pedigüeños zaragozanos. De hecho, Sor Enriqueta, robaba constantemente la cartera de los pobres aragoneses con increíbles tirones diagonales de bolso por el lado derecho del salón de juntas del convento. Las embestidas eran constantes, El Carmelitas CF SAD ahogaba el centro del patio de los maños, y gracias a la labor inconmensurable de Sor Roberta Suárez, monja asturiana de gran experiencia, el dominio de la partida era claramente andaluz. No se llevaban 15 minutos de encuentro, y las gaditanas ya habían intentado robar un bolso, la obra caritativa de una persona con una bandera de España a cuadros que pasaba por allí, evitó que la madre colombiana Josefa Juliana se llevará el botín; y una cartera de piel de Ubique, Sor Enriqueta se pasó con la ganzúa y la tiró demasiado alta. Sin embargo, el hurto se produjo poco después, cuando la religiosa extremeña, la más hábil de toda la congregación, consiguió consumar el delito y se llevó un reloj de oro tras atracar a toda la retaguardia visitante con una diabólica diagonal. De ahí al final del primer acto, las monjas amarillas, no parecían monjas, sino viles truhanes de bandolera al hombro que asustaban sin piedad a los pobres mendigos aragoneses. De hecho, Sor Pavoni, apunto estuvo de herir de muerte a los visitantes un segundo antes del receso….pero, claro….uno de los votos de las religiosas es el de la pobreza…..y tanto botín, hubiera resultado demasiado pecaminoso. Dios Nuestro Señor, perdona nuestros pecados, Amén. Tras el descanso, hubo un toque de atención a las Carmelitas que estaban en el campo, y se les dijo que como podían lucrarse de tal manera. De hecho, las dos monjas más prolijas de las gaditanas fueron expedientadas y se las expulsó del patio. Así, Sor Enriqueta y Sor Roberta Suárez dejaron su lugar a las hermanas Bezares y Manuela Estoyanoff. Hete ahí que todo cambió y no solo se les devolvieron las pertenencias a los zaragozanos, sino que encima se les gratificó con más de lo que se les había sustraído. Primero la hermana Armanda, que por cierto, lleva un mes siendo la más generosa de la Comunidad y después Sor Sesma, que agasajó con un presente inmenso a los necesitados aragoneses, certificaron el regalo de 3 puntos de oro y brillantes a un grupo de mendigos maños que pasaron por el patio de Carranza a pedir clemencia, bondad y generosidad y se llevaron el zurrón lleno donativos caritativos sin apenas tener que rogar por ellos. Por los necesitados, por que para ellos será el Reino de Aragón, perdón, de los cielos… Te rogamos óyenos. Amén.

Autor:Roberto Rivero