Ola polar en Carranza

No pudo ser. Llegaba el duelo provincial gaditano en una mañana húmeda y fresquita. Lo que se suponía iba ser una fiesta amarilla, se convirtió en una fiesta azulina. Para que esto fuese así hubo varios condicionantes que marcaron la pauta del partido. Fué un partido insulso, escaso de juego por ambos bandos, escasito de ocasiones de gol, juego trabado en el el centro del campo, poca claridad de ideas, y había una cosa clara según se desarrollaba el partido, quién marcará antes tenía casi todas las papeletas ganadoras. Desde el inicio del encuentro, el Cádiz pareció no estar en el partido, no le salía nada, aunque tampoco lo intentaba con ahínco. Había demasiada parsimonía en el juego, no se le dió ritmo. Manolo Pérez no fué determinante como otras veces, las bandas no existieron porque tanto Dani como a Sesma no le llegaron balones claros para desbordar, buscar la diagonal o realizar buenos centros que permitieran algún remate a porteria claro. Sin esa premisa que es el juego por bandas, lo espeso del centro del campo en el aspecto creador y la telaraña impuesta por parte jerecista, el partido tomaba todos los derroteros para un empate a cero, a menos de que algún fallo defensivo propiciará alguna ocasión que fuera clara para materializar en gol, como así fue. Primero porque antes de recibir el «llorón» de Lekic, al igual que el partido de Tarrasa, Varela se quedó rezagado al hacer el fuera de juego, esta vez le tocó a De Quintana quién permitió la posición legal.

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Raúl López: Estuvimos pendientes de él.

Se comenta mucho sobre si fue gol fantasma o no, pero pienso que el balón entró, porque el asistente de preferencia salió raudo al centro del campo, cuando estaba en una posición óptima para verlo claro y ni lo dudó. La concentración era mayor en el contrario, parecía que se jugaba más que nosotros, y tenía más coherencia en su juego, sabían lo que tenían que hacer y con el claro objetivo del empate, como no podía ser de otra manera, pero al igual que otras veces hemos tenido la suerte de cara, esta vez nos dió la espalda. ¿Por qué no se buscó ir a meter un gol desde el principio, imponer la autoridad que supuestamente da el jugar en tu propio campo?. Todo se dejó para la media hora final, a partir del gol xerecista, el Cádiz se lanzó en tromba, aunque si sentido en muchas fases y sin tener las ideas claras. Como ocasiones destacables, el testarazo de Oli al poste, y una ocasión clarísima de Nenad que sólo antes la puerta no supo aprovechar dándole la dirección adecuada. Al contrario del día del Pontevedra, que también se jugo mal, el balón entró, pero siempre no será así como se ha podido comprobar. Para colmo, la estrategia no funcionó, no hubo ninguna jugada en el que por lo menos se viera un aparente peligro, todo era rechazado por la ordenada defensa contraria.

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Terminamos segundos con 40 puntos. ¡ESE CÁDI, OÉ!

Todos hemos leído o escuchado diferentes medios de comunicación, y estamos más que al tanto de lo que fué y dió de si el partido, por eso no continuaré con él, además del trabajito que me está costando el escribir estas líneas. Lo que sí aprovechó es para decir, que el próximo partido es más importante que éste, nos jugamos no tres sino cuatro puntos, por eso del golaverage particular, y seguir en lo más alto de la clasificación entre los tres primeros, y que los jugadores deben recuperar ese «pelín» de buen tono. Ni antes estabamos en Primera por sumar no sé cuantos puntos de tantos posibles, ni ahora debemos bajar la guardia por no sumar ningún punto en los dos últimos encuentros.por Josehpmsocio cadistafin@ en Carranza

Autor:Josehpm

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