Pues va a ser que no

cadiz_acuna.jpgEl culebrón Acuña ha terminado con un último capítulo tan previsible como desagradable. El Tribunal de Arbitraje de Lausana no se ha tragado las decepcionantes alegaciones de la familia de jurídicos más desastrosa del fútbol español. Martín José García e hijo, pese a la euforia mostrada tras la vista ante el Tribunal se han llevado un auténtico jarro de agua fría. Lo peor no es que se lo lleven ellos, lo peor es que la decepción acompaña al conjunto del cadismo. Es cierto que un chico de 18 años que lleva casi dos temporadas sin jugar jamás puede ser la solución para que un equipo de Primera salve la categoría, pero la ilusión que el paraguayo ha despertado y la confianza de los dueños del Cádiz en él hacían albergar muchas esperanzas en el jugador. Estas esperanzas pasaban porque la FIFA autorizase el transfer y la solución ha sido más que evidente: Acuña no podrá jugar con el Cádiz en la temporada 2005/2006. Los problemas se acumulan. La primera decisión es si se debe ceder al jugador o el Cádiz va a retenerlo otros seis meses sin jugar. Todas las soluciones tienen sus problemas. Por un lado, si se le cede puede lesionarse sin debutar en partido oficial con el Cádiz. Además, perdería esa adaptación tan maravillosa que gracias a la fenomenal gestión de los directivos cadistas ha logrado Acuña en Cádiz. Lleva adaptándose casi un año entero. Tampoco parece que tenerlo aquí otros seis meses sin jugar sea la solución más adecuada. Un chico de su edad necesita jugar minutos y aquí no los va a poder disfrutar. La segunda cuestión abierta es la de si se va a fichar a algún nueve. Se ha vendido a Acuña como el refuerzo para la delantera. Por lógica, si Acuña no puede jugar, hará falta otro refuerzo. Pero, ¿quién?, ¿cuando? y, sobre todo, ¿cuánto está dispuesto Muñoz a gastar para subsanar su tremenda pifia? Porque ese es el último punto de importancia. La gestón de Muñoz sigue acumulando errores garrafales. Del ya conocido problema del cincuentenario del Trofeo, a este caso Acuña pasando por el timo Dos Santos, el oscurantismo con las cuentas del club o los fichajes fallidos. Si Muñoz queda tocado, la dimisión de Martín José García se antoja imprescindible. Un club de primera necesita empleados de primera y unos jurídicos cuyo unico valor es el amiguismo con el presidente parecen totalmente inadecuados. Eso lo sabe el sr. Muñoz, el sr. García e, incluso, la madre de Acuña.

Autor:Ccapital

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