Mister, con la cabeza bien alta

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Víctor Espárrago nada más acabar partido y consumado descenso. Su cara era un poema.  Mister, Nos vamos con la cabeza bien alta Foto: JB/cadistasfinos.com

fracaso. (De fracasar). 1. m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. 2. m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto. «….Para mí un fracaso hubiese sido que todos los equipos nos hubieran humillado partido tras partido. Y para mí, un fracaso hubiese sido haber estado desde la primera jornada en la zona de descenso y no salir de ahí…» Son palabras de Manolo Camacho, jefe de deportes de Punto Radio, en la Voz de Cádiz. ¿Ha fracasado el Cádiz? A partir de esa interrogante versarán muchos debates en las próximas horas. Todo es opinable, evidentemente, pero si nos atenemos a una interpretación estricta que nos ofrece el DRAE sí ha habido fracaso. La temporada ha acabado lastimosamente con el resultado adverso de perder en Getafe y con ello la categoría. El objetivo con el que partía la nave amarilla. Pero no tener el premio por el que se pelea no puede conducir a la frustración. Ni mucho menos a las descalificaciones personales. El del domingo fue el quinto descenso del Cádiz. En palabras de Berizzo, el alma duele. Pero dentro de unos años, tengo la plena convicción de que la campaña se recordará con un sabor muy especial. Será difícil olvidar de la memoria momentos que nos ha dejado nuestro Cádiz. A mi edad tengo la suerte de haber vivido los cincos descensos del Cádiz a Segunda. Quizás los más jóvenes, o los recién aterrizados no recuerden, pero la memoria cadista no admite discusión. Aunque los consideremos a todos fracasos deportivos, sólo en el segundo, el de la 81/82, nos despedimos tan dignamente como hemos hecho esta campaña. Una sensación parecida. Fue la liga en que nos llamaron los matagigantes y en la que nos mandaron para segunda con 29 puntos y 5 negativos, mismos guarismos que Sporting y Las Palmas. En el resto de campañas, si que nos dieron un buen baño en Primera. Una buena tunda de palos, con muchos marcadores de tenis en nuestra contra. Las repaso. En la 77-78, últimos a ocho puntos de la salvación. Se acabó con 22 puntos en una liga de 34 partidos. Desahuciados desde muchas jornadas antes de acabar. En la 81-82, la referida del matagigantes. Fue una liga en la que el Cádiz no mereció bajar. A diferencia de esta, era la liga de dos extranjeros por club y en un año en que ni siquiera Bosman se pondría botas de futbolistas. En la 83-84, se acabó con Benito Joanet una vez destituido Milosevic. Quedamos a seis puntos de la salvación. La categoría se perdió también mucho antes que en esta campaña. En la 92/93, la última liga en Primera antes que la actual, también se dio una pésima imagen. A nueve puntos de la salvación el equipo fue penúltimo empatado a puntos del último, el Real Burgos. Descender es lo peor que le puede pasar a un futbolista. El mayor borrón en el historial de un profesional de este deporte. Otra cosa es sentirse un fracasado. La afición, algo tan recurrente cuando interesa, ha captado perfectamente con sus mensajes, en Carranza y en todos los campos de España, su opinión al respecto. Nos vamos con la cabeza bien alta. Y prometemos volver.

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