Los fichajes de Suárez


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Han pasado cinco meses desde que finalizó el mercado de fichajes veraniego. Transcurrido el tiempo y analizando el rendimiento de cada una de las incorporaciones realizadas por el club en ese período, puede decirse que la actuación de Roberto Suárez no ha sido demasiado brillante. Dos de ellos ya han abandonado el Submarino, Campos puede hacerlo en breve y se negocia con otros dos para que jueguen en un filial muy necesitado hasta final de temporada.Se pueden agrupar los fichajes que Suárez realizó en dos grandes grupos. Un primer grupo sería el de los futbolistas contrastados, veteranos, con experiencia y con la responsabilidad de cargar con el peso del equipo. Jugadores con buen cartel en Segunda División, como Reyes, Jurado, Serrano o Pachón, o deseados por otros equipos de la categoría, como en el caso de Aarón Bueno. Con estos fichajes, Suárez iba sobre seguro, buscando un perfil muy concreto y que ilusionara a la afición. Realmente, no es culpa del Director Deportivo que estos jugadores contrastados no estén dando el rendimiento deseado.

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El otro gran grupo en el que se puede englobar a los fichajes realizados por el asturiano es el de los jugadores jóvenes, con un futuro prometedor, capacitados para aportar su granito de arena e, incluso, aspirar a la titularidad. Es en este grupo donde se encuentra el mayor fiasco de Suárez, pues de seis futbolistas sólo ha jugado uno con asiduidad: Álvaro Campos. El resto (Daly, David González, Hugo García, Moke y Germán) apenas ha tenido oportunidades. En la medida en que estos jugadores llegaron como apuesta personal del Director Deportivo –a excepción de Moke, que fue petición expresa de Risto Vidakovic- el hecho de que apenas hayan contado para los dos cuerpos técnicos que ha tenido el equipo esta temporada es un fracaso de Suárez.Por el momento, todas las bajas –ya sean confirmadas o en proceso de confirmación- que se han producido en este mercado invernal pertenecen al segundo grupo. De seis futbolistas, por el momento sólo parece que continuará Moke. David González llegó como una promesa del fútbol español, pero el público de Carranza se ha quedado con las ganas de comprobar si era cierto: con Vidakovic jugó poco y con Jose González ni siquiera ha llegado a vestirse de corto. El caso de Ian Daly ha sido, cuanto menos, rocambolesco. No ha jugado más que once irrisorios minutos. Curioso el caso de estos dos futbolistas, que llegaron al club en el último día del plazo y han sido los primeros en marcharse.Por su parte, tanto Hugo García como Germán tienen una oferta del club para jugar en el filial, con el que seguro que dispondrán de los minutos que les falta en el primer equipo. Un paso atrás para ambos, que se suponía que iban a tener un papel más destacado esta temporada. La situación con Campos, para finalizar, es de sobra conocida por todos. De hecho, por el bien del guardameta, lo mejor sería que se concretara su marcha al Alavés, pues de no producirse su situación en el club será más complicada de lo que lo ha sido hasta la fecha.Tampoco han resultado satisfactorios todos los fichajes pertenecientes al primer grupo. De ellos, sólo Baquero, Jurado y Pachón son titulares de manera indiscutible. Tras la recuperación de la lesión que se produjo en el Trofeo Carranza, Raúl López ha recuperado el puesto en el lateral zurdo, eclipsando por completo a Diego Reyes. José Serrano llegó con el rol de suplente y cuando ha tenido que jugar ha cumplido. Aarón Bueno ha sido como una botella de champán recién descorchada: tuvo un arranque explosivo, pero a medida que ha avanzado la competición ha ido perdiendo fuerza y protagonismo. En general, el panorama con las incorporaciones veraniegas es, en estos momentos, desalentador. Hay que reconocerle a Suárez el esfuerzo por incorporar a jugadores con un gran cartel en la categoría –y descargarlo de culpa en que estas “inversiones seguras” no hayan dado la rentabilidad esperada- pero también su desacierto en las operaciones que mayor riesgo conllevaban. Alguna puede salir mal –el riesgo es algo inherente- pero es muy difícil que, por un motivo u otro, ninguna salga bien. No tiene que ser fácil ser el Director Deportivo del Cádiz en estos momentos, con estrecheces económicas y sin poder competir en igualdad de condiciones con clubes con una economía más desahogada. Tampoco ha debido ser fácil empezar a trabajar con una herencia como la que se encontró Roberto Suárez al asumir el cargo. Aún así, pese al desacierto en la política de fichajes, hay que reconocerle a Suárez la capacidad de conformar, en un año de transición como es este para la entidad, un bloque que compita por un puesto de play-off. También, agradecerle el cambio de talante con respecto a su antecesor. El asturiano tiene tiempo para mejorar en invierno su trabajo anterior. Y si no, en verano, con más experiencia, más tiempo y menos urgencias, seguro que podrá trabajar mejor.

Autor:Belmonte

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