Errores incomprensibles

Inexplicable. Incomprensible. Imperdonable. La derrota del Cádiz en El Ejido sigue siendo, veinticuatro horas después, un auténtico misterio. Por dos veces se adelantó en el marcador y por dos veces logró la igualada su rival, que incluso hizo un tercer gol. Y todo ello, con un jugador menos desde el minuto veinte. Nadie se explica cómo se pudieron escapar tres puntos que, al inicio del segundo tiempo, parecían seguros.

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 Inexplicable. Incomprensible. Imperdonable. La derrota del Cádiz en El Ejido sigue siendo, veinticuatro horas después, un auténtico misterio…

Tampoco nadie se explica la obstinación de Risto Vidakovic por jugar sin un delantero centro. Es imposible que Pachón entre en la dinámica del grupo y marque los goles que tanto necesitan él y el equipo jugando veinte minutos por partido. ¿A qué espera el entrenador para darle la titularidad? ¿A que demuestre que puede ser útil en sólo veinte minutos? Todo futbolista necesita minutos y confianza para rendir. Pachón es un hombre que puede ser muy válido si se le da la oportunidad.cadiz_pachon_1.jpgFue sorprendente la alineación presentada por Vidakovic en el Municipal de Santo Domingo. Viendo que en la convocatoria había dos delanteros, todo hacía presagiar que habría una remodelación en el once titular: Pachón ocuparía la punta de ataque, Enrique pasaría a su puesto natural –el extremo diestro- y Velasco cubriría la baja de Cifuentes. Pero el entrenador cadista mantuvo a Enrique como delantero y puso a Diego Retes en el lateral derecho. ¿Por qué convocar a dos delanteros para sentarlos en el banquillo? No tiene sentido. Era el momento de darle la oportunidad a Pachón y dejar a Enrique en su demarcación habitual.Sin delantero, el Cádiz está cojo. Necesita un hombre gol, por el que se pueda variar la propuesta de juego: colgar balones al área y no rasear tanto la pelota. Hace falta un hombre que pelee con los centrales rivales, que les incomode, que fije su posición y facilite que lleguen compañeros desde atrás para aprovechar segundas jugadas.Tampoco son comprensibles los cambios que efectúa Vidakovic. Siempre los hace tarde y mal. No se puede meter tan tarde a Pachón o a Hugo García, o quitar a Aarón Bueno para que juegue un gris López Silva. Ante el Poli Ejido, el catalán estuvo desacertado de cara a gol, pero al menos se ofrecía y lo intentaba. Fue irse y morir el Cádiz: no hubo ninguna jugada de ataque más. Aarón Bueno es imprescindible y, si Vidakovic mantiene sus planes de jugar sin delanteros, su importancia aumenta más todavía. Capítulo aparte merecen los goles del Poli Ejido. En el primero, Manolo Pérez entró en el área sin oposición, sin que nadie le saliera al paso y batió a Dani Miguélez con tranquilidad. Como Pedro por su casa. En el segundo, faltó contundencia en el despeje y más atención por parte de Dani Miguélez. En el tercero, el error de Raúl López con Moreno es completamente clamoroso, impropio de un futbolista de su experiencia. Este Cádiz es un equipo blando en defensa, permisivo. Ni la defensa es contundente ni el portero solvente. Un equipo que aspire mínimamente al ascenso no puede recibir tantos goles. Hay que cortar la sangría cuanto antes.De nada valieron los golazos de Álvaro Jurado y Diego Reyes. El Cádiz dilapidó su trabajo en el segundo tiempo de manera incomprensible. No se puede perder un partido de esa manera. No se puede dejar con vida a un rival que estaba prácticamente muerto. El Cádiz debería haber aprendido de lo ocurrido en el primer tiempo y haber matado el partido tras el obús de Reyes. Esta segunda derrota consecutiva duele. No fue culpa del colegiado, sino del propio Cádiz. De sus jugadores y el entrenador. Toca reflexionar, trabajar y revertir la situación. Hace falta que todos los miembros de la plantilla se aclaren las ideas. Sobre todo, el entrenador.

Autor:Belmonte.

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