El Tourmalet

Creo que fue Miguel Ángel Lotina, entrenador del Deportivo de La Coruña, el que bautizó la pasada campaña como “Tourmalet” al bloque de partidos contra Barcelona, Sevilla y Real Madrid, que llegaban encadenados y provocaban un gran desgaste y una pérdida de puntos considerable a los equipos rivales. Podríamos referirnos en este caso como Tourmalet a las tres próximas jornadas que le esperan al Cádiz Club de Fútbol, puesto que le toca enfrentarse a Rayo Vallecano, Real Unión y Castellón.tourmalet.jpgY no catalogo a estas tres jornadas como Tourmalet por que los rivales ocupen puestos destacados (ya que son equipos de la mitad baja de la clasificación) sino por su importancia y la extremada dureza de los contrarios. Van a ser partidos difíciles, trabados, con equipos que se juegan la vida y que deben demostrarlo para que no se les pase el tren de la permanencia. La situación del Cádiz es difícil, crítica: cinco puntos lo separan del trío formado por Murcia, Huesca y Celta (contra los que aún hay que jugar y que marcan el límite de la permanencia).El resultado de estos encuentros dirimirá el futuro deportivo de la entidad. Si sale victorioso probablemente comprimirá el descenso y abandonara los puestos de peligro. Si no, la salvación será casi utópica. Digo esto último sin pesimismo, porque creo que el equipo saldrá airoso del Tourmalet, pero desde el realismo.El equipo no se puede permitir más fallos defensivos. El equipo no puede dejarse llevar por el rival. El equipo no se puede permitir más altibajos en su juego. El equipo no puede permitirse más goles cantados. Ni tampoco, volver a caer contra el Castellón. Dos de los tres partidos se jugarán en Carranza, y es ese precisamente el mayor aliado que el Cádiz tendrá en estos cruciales enfrentamientos. El rival debe sentir la presión de la grada en el cogote, debe sentirse incómodo, sentir que no está en su territorio, sino en el del Cádiz. Y para que eso se produzca, el equipo debe responder antes.La afición está muy crispada y está en todo su derecho. A lo largo de la temporada ha visto cómo goles seguros se estrellaban contra el poste, o se marchaban fuera de la portería rival. Ha visto cómo fallos de marcaje han provocado goles que nunca deberían haber sido. Ha visto, en definitiva, cómo el equipo, sin merecerlo, ha perdido partidos. No me parece justo que se cargue contra la afición, o que se apele constantemente a ella, pidiendo unidad y firmeza. El aficionado es el primero que desea animar a su equipo, vibrar con él y darle alas, pero para ello, necesita alicientes. Si no los encuentra, es normal que se deprima, grite, descargue su rabia y abandone el estadio antes de tiempo. A poco que el equipo responda, la grada hará de Carranza una caldera.Y eso es lo más importante: que el equipo responda. Que olvide sus inseguridades y sus lagunas defensivas. Que se muestre de una vez por todas sólido y que demuestre que se está jugando la vida, tanto o más que sus rivales. Este fin de semana llega el Rayo Vallecano, a nada más que a seis puntitos de los hombres de Víctor Espárrago. Los vallecanos han pasado de ser firmes aspirantes al ascenso a mirar de reojo los puestos de descenso al infierno de Segunda B, al que no quieren volver. Su racha de resultados es nefasta (costándole la cabeza, en un alarde de impaciencia, a Pepe Mel) y en el entorno rayista hay ansiedad y preocupación a partes iguales. Precisamente de eso debería aprovecharse el Cádiz para doblegar a un rival al que una derrota comprometería enormemente.Después tocará rendirle visita al Real Unión de Irún en el Stadium Gal, donde se certificó el ascenso a Segunda la pasada campaña. Este será el encuentro de mayor dificultad, por jugarse fuera de casa y porque la situación de los irundarras es aún peor que la del Cádiz. Y, para acabar, llegará a Carranza el Castellón: colista, para el que la salvación es casi una misión imposible, pero que, no olvidemos que en la primera vuelta goleó a los amarillos.Unos compromisos difíciles esperan, en los que el Cádiz debe sumar en torno a cinco o siete puntos si quiere seguir con vida. La primera parada, este Domingo.

Autor:Belmonte

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