Derrota previsible


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 Una derrota que sólo es un paréntisis.La victoria en Tarragona permitía el resbalón ante el líder.Foto: P.Ortega-www.cadistasfinos.com

La victoria del domingo pasado en Tarragona dejó la sensación para muchos de los cadistas de que todo estaba hecho. La ansiada permanencia parecía conseguida. Una victoria en tres partidos parecía suficiente. Y lo sigue pareciendo. La única diferencia es que, del domingo pasado a este, la Real Sociedad ha pasado por Carranza y ha levantado la preocupación en algunos de los que creían que ya estaba conseguido.Ciertamente, cuando acudes a Carranza, siempre piensas que el Cádiz puede ganar el partido. A excepción de los pesimistas más recalcitrantes, todos los cadistas imaginamos un escenario perfecto en el que el Cádiz supere al rival. Con ese planteamiento nos plantamos el sábado en Carranza, pero sabiendo que, dadas las circunstancias, lo que pasó podía pasar.Venía el líder, jugándose el ascenso, con un equipo muy potente y que tiene que certificar el regreso de una de las entidades más clásicas de nuestro fútbol a la Liga de las Estrellas. Por eso, que la Real Sociedad se llevara los tres puntos de Carranza e, incluso, que pasara como un rodillo por encima del Cádiz entraba dentro de las posibilidades. Más aún cuando, desde el minuto doce ya se adelantó en el marcador. Y cuando recibió, en uno de los mejores momentos del Cádiz, al principio de la segunda parte, el regalo del segundo gol.Las cuentas de la salvación, al menos las mías, no pasaban por ganarle a los donostiarras. La victoria contra el Nástic tuvo la virtud de permitirnos este resbalón previsible sin que nada cambie demasíado. Porque no ha cambiado nada demasíado de las seis de la tarde del sábado a las ocho. Para la Real, sí. Pero para nosotros no ha cambiado nada. Seguimos teniendo que ganar un partido. Cuanto antes mejor, porque más tranquilos nos quedaremos todos, que ya sabemos lo que es jugarnos una permanencia en el último partido… y fallar. Ojalá hubiera sido el partido de la Real. Pero lo más lógico era que pasase lo que pasó y lo deseable es que ni al equipo ni a la afición le afecte el golpe. Porque no es tal golpe. Es sólo un paréntesis en nuestro camino de salvación que esperemos que concluya en Huesca. O si no, en Carranza dentro de quince días.

Autor:Dbozam

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