Preciado: La cara del Sporting

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Preciado prefirió la cercanía de Gijón

Hablar de Manolo Preciado es hablar de un hombre del que se puede decir sin tapujos que el fútbol le ha tratado mejor que la vida. Hace alrededor de tres años su mujer fallecía de cáncer. Poco después lograba ascender con el Levante en la 2003-04. Por si no fuera bastante, al poco de iniciarse la 2004-05, en la que entrenaba al Real Murcia, perdía a uno de sus hijos, de sólo 17 años, en un trágico accidente de moto. Ya dijimos que en el fútbol si ha triunfado, aunque en su trayectoria ha tomado decisiones poco frecuentes en un mundo tan mercantilizado como el del balón. De hecho, a pesar de tener en Santander su hogar, y de entrenar a los racinguistas en tres campañas, nunca ha completado ninguna. Cuando Piterman compró al Racing, Preciados dimitió aduciendo incompatibilidad de caracteres (2002-03). En esta última liga 2005-06, con parte del Sardinero en contra, renunció porque no se veía capaz de lograr la permanencia. Quedaban sólo cuatro jornadas para el final y decidió que era la hora de dar paso a otra cara. Además tuvo un gesto que le honra. Perdonó la prima por la permanencia y un año de contrato que tenía firmado a razón de 425.000 euros, que era su ficha anual con los cántabros. De Astillero (Cantabría), es de la quinta del 57. Racing, Mallorca, Alavés y Linares son algunos de los clubes en los que militó como jugador. Siempre con su clásico bigote fue un lateral zurdo algo rudo, disciplinado y contundente. Se inició como técnico en la temporada 1995-96 en la Gimnástica de Torrelavega, club al que llevó a Segunda División B (su primer ascenso). Poco después ingresaba en el Racing para llevar al filial.

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En su etapa en el Levante

Preciado es un buen conocedor de la Segunda División. No en vano ascendió al Racing en compañía de Quique Setién en la 2001-02, además del reseñado con el Levante en la 2003-04. Estaba cantado que no le iban a faltar ni banquillos ni buenas ofertas para elegir. Incluso su nombre sonó durante algún tiempo con fuerza como uno de los candidatos a la vacante que dejaba Espárrago en el Cádiz. Finalmente todo parecía atado con el Poli Ejido que lo tenía como primera opción. La oferta de los celestes almerienses era más que tentadora, pero, por sorpresa, Manolo Preciado valoró otras circunstancias para fichar por el Sporting de Gijón: Soy consciente de todas las dificultades que me voy a encontrar, pero también de que la entidad goza de un valor deportivo muy alto, con chavales jóvenes de gran proyección, y eso me entusiasma. Segundo, porque estoy al lado de mi casa y de mi hijo. Había decidido fichar por uno de los históricos de la liga, además lo hacía asumiendo los 90.000 euros que los administradores concursales que vigilan la política de fichajes del Sporting de Gijón le asignaban. No le importó conocer que Iosu Uribe, había rechazado una oferta similar. Genio y figura. COLECCIÓN: Las caras de los banquillos de Segunda (2006-2007)

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