Tavano, italiano del Valencia, denuncia discriminación.

valencia_tavano.jpgFrancesco Tavano era un futbolista feliz en Italia. En el corazón de la Toscana, en el modesto Empoli, Tavano logró el año pasado 19 goles en el Scudetto. La cifra no es nada desdeñable teniendo en cuenta que la consiguió en un equipo menor dentro de una de las competiciones más duras para un delantero.Fue el año de su explosión, puesto que en las dos temporadas anteriores, en el mismo equipo, sólo logró cuatro goles en total. El delantero, que ya tiene 29 años, no desaprovechó la oportunidad y firmó el contrato de su vida con el Valencia. Su compatriota Amadeo Carboni lo reclamó y pagó diez millones de euros por este futbolista, que, en principio, no entraba dentro de las preferencias de Quique Sánchez Flores.Tras cuatro jornadas Tavano no ha jugado ni un minuto y ha tirado por la vía fácil: considerar que en España se discrimina a lo italiano. A su favor el hecho de que de Valencia hayan salido muchos italianos descontentos: Corradi, Fiore, Di Vaio… Sin embargo, otros futbolistas italiano sí fueron reconocidos en España, como Panucci, el propio Amadeo Carboni o su compañero Moretti.No debe olvidarse Tavano de que por delante tiene a dos de los mejores delanteros españoles (Morientes y Villa) y que otro goleador español (Mista) tuvo que emigrar para contar con minutos. Tavano también podría encontrar respuesta en el proceso contrario. En Italia tampoco es habitual que un futbolista español triunfe. Parece claro que son campeonatos muy distintos y que los jugadores tienen mentalidades muy diferentes. De momento, Tavano tendrá que seguir esperando y sus declaraciones sólo pueden servir para precipitar su salida.El texto del artículo de Corriere della Sera, (24 de septiembre de 2006), traducido, es el siguiente: logo_home.gif Tavano: “No juego porque aquí hay prejucios contra los italianos”El exatacante del Empoli es suplente en el Valencia: “Diecinueve goles tirados a la basura”.Diecinueve goles tirados a la basura. “Exactamente así. Tengo la sensación de no haberlos hecho. O, peor incluso, que no han servido para nada”. Francesco Tavano alza los ojos hacia el cielo de Valencia y trata de no dejarse vencer por la desazón. El líder del Empoli, el héroe del fútbol de provincia, había partido con la maleta llena de sueños y esperanzas. Inter y Florentina lo habían seguido y abandonaba y él guardaba el deseo de recuperarse en España. Sin embargo, después de un mes y medio, si no se ha arrepentido, al menos está seriamente desilusionado.“No he jugado ni siquiera un minuto de la liga. Es más, no he sido ni convocado. Me entreno y después en el fin de semana me voy a la grada. ¿Os lo creeis?” Quizá porque está lesionado, podría pensarse. “No digamos mentiras, por favor. Es cierto, q tenía una elongación muscular en la pierna derecha. Eso fue la semana pasada y me durará tres o cuatro días, pero antes también estaba fuera. Sin lógica, sin una explicación. He venido aquí para jugar, creía que sería titular. Sin embargo, el entrenador siempre me excluye”.El malo de esta historia tiene un nombre complicado y un carácter duro: Quique Sánchez Flores. Respaldado por los resultados, continúa por su camino. “Los verdaderos motivos de su comportamiento no los conozco. Se ha justificado diciendo que no me conoce y que he llegado bajo de forma.” Mentiras, en realidad: “¿Cómo me puedo creer eso? Con el Empoli me entrené hasta el 15 de agosto y si el Valencia me ha contratado quiere decir que me conocía. Al menos es lo que he pensado en estas semanas en las que he tratado de buscar una explicación.”Del sueño a la pesadilla. Todo ha sucedido en pocos días: “La verdad es que me ha querido el director deportivo, Amedeo Carboni. Él me ayuda. Pero el entrenador es el que hace las alineaciones y prefiere a los otros. ¿Cómo es que no me conoce? He hecho diecinueve goles en el campeonato italiano que, hasta que se demuestro lo contrario, está entre los más competitivos y difíciles del mundo. Además los he hecho en el Empoli, un equipo pequeño que ha luchado hasta el final por la salvación. Por eso deberían tener más valor.”Del Valencia han huido, después de una sola temporada de sufrimiento, jugadores expertos del calibre de Corradi, Di Vaio e Fiore. Los había fichado Rainiero y huyeron a prisa tras la destitución del entrenador romano. “Tiene razón Fiore: aquí hay hostilidad contra los italianos”. Moretti, que llegó junto a los tres ex del Lazio, se encuentra bien, juega casi siempre y ha renovado su contrato. “Se ve que lo conocen, para él es distinto. Yo estoy a un lado y querría más espacio.” El futuro no se lo imagina como un camino de rosas. “Pero no tengo intención de rendirme. Valencia me gusta, se está bien y la comida es excelente. El 2 de septiembre nació mi hija Giulia y dentro de poco vendrá aquí con mi mujer Sara. Entonces será más fácil. Pero quiero entender como he acabado en esta increíble situación que definiría, como mínimo como extraña. No han pagado dos liras, sino diez millones de euros. Sólo Joaquín ha costado más y soy el quinto jugador más caro en la historia del Valencia. Todo es increíble. Pero si a ellos les parece bien así, lo aceptaré: tengo cuatro años de contrato y si les vale pagarme por no jugar, que lo hagan.” Un momento de rabia.Tavano quiere aclarar su situación y volver al campo. “Por esto le pedí a mi representante, Lattuca, venir aquí. Espero que se resuelva todo”. Si no, pedirá volver a Italia. Lo piensa, pero sólo lo insinúa. No quiere marcharse así. Sabe que tiene cualidades para convencer a la afición, sólo quiere la oportunidad de poder mostrarselo a la gente de Mestalla. ¿Y la Roma? El miércoles encontrará un pedazo de Italia: “Será un partido muy bonito. El equipo de Spalletti está fuerte y bien organizado. Pero el Valencia no es menos. Podremos divertirnos”. Tavano, desgraciadamente, no lo hará.

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