Dejavú en Albacete.

 cadiz_airam_sanlucar.JPG  Airam marcó en el dejavú vivido en Albacete Déjà vu, en francés ‘ya visto’, o paramnesia es la experiencia de sentir que se ha sido testigo o se ha experimentado previamente una situación nueva. ¿O acaso no han tenido ese pensamiento los miles de cadistas que han estando pendientes este miércoles nocturno de las andazas del Submarino por tierras albaceteñas?. Era el cuarto partido a domicilio, y de nuevo los hombres (ya empieza a duda uno dadas los infantiles de las acciones) de Agné sufren una expulsión en el primer periodo. Como en San Fernando le ocurrió a Kike López y como en Lucena se llevó Ceballos. Esta vez el protagonista fue Kike Márquez que en apenas dos minutos vio dos amarillas. Una por no guardar la distancia siendo barrera, y la otra por “derribar” a un contrario.

También dejavú sintineron en el Carlos Belmonte cuando otro penalti, ya van cuatro en toda la liga, les puso por delante. Fue la acción posterior a la roja a Kike Márquez. Balón al área y el árbitro, Alberto Salazar, sorprende a todos señalando penalti y tarjeta amarilla a Luque, que debutaba como titular en lugar de Perico. Regalo que no desaprovechó el especialista, Rubén Cruz poniendo por delante a la escuadra de Sampedro. Por delante, todo un mundo, otra vez una hora de partido en desventaja numérica, como en Lucena o en San Fernando. Incluso peor, pues encima esta vez ya se perdía.

Llegado al descanso, Agné retiró al cordobés y dio entrada a Airam Cabrera. Lo que pareció un espejismo con el inicio, se mantuvo durante prácticamente todo el segundo tiempo. El Cádiz fue a por el partido y en las botas de Juan Villar, en varias ocasiones, así como en las de Kike López o Airam pudo equilibrarse el choque. Finalmente se hizo justicia y fue Villar el que forzó un penalti claro que transformaba Airam. Quedaban quince minutos e incluso el Cádiz pudo ganar, pero otra vez los minutos finales trajó el pensamiento de que la situación ya se había vivido antes. De nuevo otra vez, y es algo que no puede dejarse repetir, los amarillos recibían un gol en los instantes finales. Esta vez no fue Ocaña ni Coco. No podían serlo. El destino eligió a Carlos Indiano, el excadista, para que el hombre aprovechará para retratarse ante Raúl Agné y ante la afición del Cádiz CF yéndose a festejar el gol en las narices del mister aragonés. Dejavú. Ya visto.

 

 

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