Fernándes fue Villa y Benaglio, Casillas

LOGO_SUDAFRICA.jpgEspaña cae ante Suiza Después del decepcionante debut de la gran inmensa mayoría de las aspirantes a levantar la copa Jules Rimet en julio –a excepción de Alemania-, le tocaba el turno a España. La Roja llegaba con la vitola de favorito, máximo aspirante a ostentar el cetro mundial por el fútbol deslumbrante del que hizo gala durante la pasada Eurocopa. Su rival era a priori asequible: una Suiza que afrontaba el duelo sin sus dos grandes estrellas, Behrami y Frei.La gran duda de Vicente del Bosque era el concurso de Iniesta, lesionado en el último amistoso que disputó España antes del Mundial, ante Polonia en la Nueva Condomina. Sin embargo, el seleccionador español decidió alinear de inicio al manchego, estando el equipo que debutó en el Mundial formado por Casillas, Sergio Ramos en el lateral derecho, pareja de centrales formada por Piqué y Puyol, Capdevila en el lateral zurdo, Busquets, Xabi Alonso y Xavi, en el centro del campo, Silva por la derecha, Iniesta por la izquierda y David Villa como hombre más adelantado.

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 Diego Benaglio, portero del Wolfsburgo fue insuperable para Villa y cia

Nada más echar a rodar el balón se observó que ambos equipos tenían dos estilos de juego más bien contrapuestos: Suiza buscaba el desplazamiento en largo del balón con un fútbol más bien directo, mientras que España jugaba al primer toque, disfrutando de posesiones largas de balón y tratando de dormir al rival. Antes del primer minuto de juego todos los jugadores de la Roja había tocado el esférico al menos hasta en una ocasión. Pronto España se hizo con la posesión de la pelota, apabullando a su rival tocando con calma, cambiando de banda cuando era necesario e inquietando con la movilidad de Iniesta y Silva, que no se limitaban a actuar pegados a la línea de cal. Peligro españolLa primera gran ocasión de peligro para España llegó en un contragolpe tras un saque de esquina de Suiza. Villa recibió a la altura del medio del campo y, tras apoyarse en Iniesta y actuando casi como extremo, se marchó por la banda y se internó en el área. El Guaje, que tenía a dos compañeros para centrar, decidió finalizar la jugada, que acabó siendo detenida con facilidad por el cancerbero helvético Benaglio. El partido estaba controlado por España y el gol era cuestión de tiempo y paciencia. Suiza se limitaba a aguantar atrás, defendiéndose como gato panza arriba mientras la Roja, liderada por Xavi Hernández, se sentía cada vez más cómoda sobre el terreno de juego. El dominio español se acrecentaba, al igual que las llegadas al área. Silva desde la banda izquierda disparó cruzado con timidez y Sergio Ramos entrando en el área disparó fuera. Pero la verdadera ocasión fue en el minuto veintitrés de partido, cuando Iniesta le dio un maravilloso pase a Piqué, que recibió dentro del área y tras regatear con una sangre fría más propia de un delantero que de un defensa, se encontró cara a cara con Benaglio. El central catalán disparó, pero el portero suizo leyó bien la jugada y evitó un gol que parecía cantado. Un pase de genio de David Silva en el centro del campo habilitó a Iniesta para plantarse en la frontal del área helvética, donde el manchego fue tirado al suelo por el central Grichting, que fue amonestado por el inglés Webb. La falta fue lanzada por Villa sin más historia, pues se marchó a saque de esquina tras dar en la barrera. Suiza estaba encerrada y mermada en defensa: su central estandarte, Senderos, jugaba tocado y Grichting ya estaba amonestado. De hecho no tardó en retirarse Senderos, no sin antes haber derribado a Villa dentro del área. Su sustituto fue Von Bergen. Sin embargo, Suiza aguantaba en el primer tiempo: con empate a cero se llegó al descanso. Sorpresa helvéticaTras la reanudación Suiza intentó acercarse con timidez al área de Casillas y España decidió darle más ritmo al partido: tocaba con mayor velocidad y jugaba de manera más vertical. Sin embargo, en el minuto seis de la segunda parte saltó la sorpresa en Durban: Suiza se adelantó en el marcador. Un balón en largo le llegó a Derdiyok al borde del área. Casillas salió a quitarle el balón al atacante suizo, pero tras rebotar el balón en el portero español y en Piqué, le llegó a Gelson Fernandes, que remató a puerta vacía. Sorpresa mayúscula: España empezaba perdiendo tras una jugada desafortunada y se veía obligada a remontar.España no acusó el mazazo y con un Sergio Ramos muy activo buscó ensanchar el campo, mientras que Suiza se replegó para defender ese inesperado gol que acababan de lograr. Del Bosque movió ficha al quitar a Sergio Busquets y Silva para que entraran Fernando Torres y Jesús Navas. Con estos cambios el salmantino buscaba una vertiente más ofensiva, de buscar el remate dentro del área en vez del toque en la periferia. Iniesta tuvo el empate en sus botas después de una rápida jugada de ataque que partió desde la derecha con los dos futbolistas que iniciaban su concurso en el partido, pero su disparo se fue por poco fuera de la meta de Benaglio.El cerco español iba en aumento: Xabi Alonso realizó un violento disparo desde fuera del área tras saque de esquina de Xavi Hernández, pero el esférico golpeó en el larguero. Un magnífico remate del vasco que no tuvo la recompensa merecida. Por la banda derecha Jesús Navas también tuvo un mano a mano con Benaglio, después de haberle ganado la espalda por velocidad a su defensor: el sevillista era un puñal y España debía explotar sus condiciones físicas. Suiza tampoco le perdió la cara al partido y Derdiyok pudo sentenciar tras haber recortado dentro del área española a Puyol, pero su remate dio en el palo. En defensa los helvéticos se mostraban contundentes, aprovechándose de la permisividad arbitral: Inler merecía haber visto la amarilla y tampoco Lichsteiner vio la cartulina después de haber realizado una entrada criminal sobre Andrés Iniesta. Fue la última acción del manchego, que fue sustituido por Pedro. A medida que se acababa el tiempo España se ponía nerviosa y se precipitaba en sus acciones de ataque, tocando con mayor ansiedad y de forma imprecisa. Apenas tiraban a la portería suiza, ni le llegaban buenos balones a los dos delanteros españoles para tener alguna oportunidad. Con el descuento y sabedora de que tenía un valioso botín, Suiza se dedicó a perder tiempo: Hitzfeld introdujo a Eggimann y el guardameta Diego Benaglio fue amonestado por Webb. Los cinco minutos de añadido pasaron con más pena que gloria, sin que la Roja fuera capaz de destrozar el muro suizo y acabó perdiendo en su debut en el Mundial.

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