Atracón de goles

cadiz_valladolid_06.jpgEl Valladolid, que a ratos puso en apuros al Cádiz, se llevó 6 goles de Carranza.El Cádiz ha dado esta mañana una lección de cómo saber jugar con los tiempos del partidos, de cómo madurar al rival y de cómo esperar su momento, para acabar goleando escandalosamente a un Valladolid que por momentos en la primera parte puso en serios apuros al cuadro gaditano.El encuentro empezó según el guión previsto: un Cádiz muy agresivo, buscando constantemente los desplazamientos en largo en diagonal para ganarle las espaldas a los defensas pucelanos y presionando angustiosamente en la línea de medios del rival; mientras que por el lado visitante, un equipo sin ansiedad, ni necesidad planteando el encuentro a verlas venir.

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Fleurquin y Pavoni, antes de empezar. Los dos primeros goles fueron suyos.Foto: cadistasfinos.com

Con todos estos ingredientes iniciales, era cuestión de segundos que se empezaran a ver ocasiones claras de gol. Los gaditanos, que querían acabar por la vía rápida, convertían cada balón suelto en disparos desde casi cualquier punto del césped. Precisamente un disparo al borde del área de Manuel Pérez fue el origen del primer gol del partido a los 12 minutos: Gran lanzamiento del cerebro amarillo que rechaza Bizarri, y Sesma alcanza el esférico para colocárselo en la cabeza del uruguayo Fleurquin que irremisiblemente lo manda al fondo de red. Los de Espárrago, viendo la debilidad del rival, se decidieron ir a por el segundo para evitar sorpresas, pero hete ahí que el encuentro da un giro de 360º. Una gran jugada de Victor, probablemente junto con Santos del Lleida el mejor jugador que ha pasado por Cádiz esta temporada, originó que Jairo Castillo convirtiera el tanto del empate 5 minutos después. Sin solución de continuidad, una habilidosa jugada de Enrique en el área volvía a deshacer el empate al ceder en bandeja a Pavoni el 2-1. Llevábamos 20 minutos y ya habían subido 3 goles al electrónico manual de la parte no renovada del coliseo amarillo.

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Bizari justo antes de encajar el tercero.Foto: cadistasfinos.com

Sin embargo, el gol del argentino no consiguió el efecto deseado en el juego cadista, el Valladolid ya se había hecho con las riendas del ritmo del encuentro y nos la volvería a soltar hasta el principio de la reanudación. Durante media hora el conjunto pucelano fue dueño y señor de la contienda. Ni Fleurquin ni Pérez, como ocurrió cuando jugaron juntos en Tarrasa allá por el mes de Enero, podían controlar el centro del campo y la doble media punta propuesta por el técnico visitante hacía estragos en la retaguardia del conjunto amarillo. Especial hincapié me gustaría hacer en Pérez, que cada vez resulta más desequilibrado en su aportación al fútbol amarillo; es decir, cada vez más brillante con el balón en los pies buscando los espacios para habilitar a sus compañeros pero cada vez menos sólido en su juego sin balón. Pérez es la autentica personificación de la manta corta hecha futbolista: si te tapas la cabeza, te dejas los pies al aire y viceversa. Volviendo al encuentro en si, durante esta fase del partido el dominio en el juego castellano no se materializaba en ocasiones, mientras que el Cádiz, cada vez que conseguía dar tres pases con sentido, ponía en serios aprietos al meta argentino Bizarri. Enrique en una contra peligrosísima y Oli en un par de lanzamientos envenenados pudieron sentenciar antes del descanso.

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La afición de Pucela también hubo aplausos para ellosFoto: cadistasfinos.com

Tras el periodo de receso, que llegó como agua de Mayo para los locales, el partido parecía desarrollarse por los mismos derroteros, pero un gol de Oli tras saque de falta botado por Pérez terminó por declinar la balanza a favor de los intereses amarillos. Este gol puso de manifiesto las grandes habilidades de los de Espárrago: cuando dominas, hay que marcar goles, cuando te dominan, hay que tener paciencia, defender con orden y esperar tu oportunidad; y es que el Cádiz ha vuelto a demostrar hoy que el equipo más paciente del fútbol mundial. Una vez roto el partido, todo análisis es en vano. El partido se convirtió en un quiero y no puedo vallisoletano, una exhibición de Nenad; que tocó cuatro balones marcando tres goles y enviando otro al palo, y una fiesta total en la grada. En definitiva: 6-1, una paso más dado, un kilómetro menos para acabar la maratón y una pila de conclusiones interesantes que se pueden esgrimir. ¿Alguien da más en solo hora y media de fútbol? …. Por cierto…..Se han dado cuenta de que la palabra ascenso no aparece en la crónica en ningún momento…que cunda el ejemplo, que como dicen los sabios: piano piano arrivamo lontano.

Autor:Roberto Rivero

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