Unas líneas para Espárrago y Soler

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Gracias a los dos y ¡qué les vaya bonito! Foto:  La Voz de Cádiz

¡Qué les vaya bonito!Después de dos años con ellos esta semana se ha confirmado que Victor Espárrago y Luis Soler no comandarán más la nave cadista. Tras estos dos años su adiós no puede pasar sin que desde mi modesta posición salgan unas líneas hacia ellos.Llegaron de tapadillo en el verano de 2004 que se parece en algunas cosas al incipiente verano del 2006. Se encontraron a un club que estaba más cerca de la Segunda B que de la Liga de las Estrellas y la oposición de algún periodista de mirada corta que pretendía entrometer su zarpa en los designios del club.Los inicios fueron muy difíciles. El cincuentenario del Trofeo Bahía Sur (perdón, Trofeo Carranza), la marejadilla de fondo en el ambiente y dos malos resultados pareció que iban a convertir la estancia de Víctor en el banquillo en Victor II El Breve. Sin embargo, Espárrago bajó a la arena, sacó su librillo y coronó de sentido común un proyecto que, inmediatamente, salió a flote.

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Víctor y Luis se consultan los cambios. Una imagen que se hizo ritual. Foto: JB/cadistasfinos.com

Lo que vino a continuación fue el mejor período de la última década del cadismo. Victorias, goles, juego rápido y directo… y la satisfacción continua en la cara de todos los que sentíamos el amarillo. Callaron las voces que criticaban al mister por trasnochado y caduco y esos mismos comenzaron a organizar homenajes y a pregonar el ascenso cadista. Mientras tanto, Espárrago seguía igual: humilde, discreto, trabajador y sin una palabra más alta que otra.Costó mucho trabajo, hubo que superar grandes adversidades y algún que otro arbitraje de nefasto recuerdo para que en Chapín los cadistas disfrutáramos de una de las tardes que pasarán a la historia del Cádiz. Cero a dos, y Oli y Paz que conseguían los goles del ansiado ascenso. Por delante quedaba un año en la Liga de las Estrellas que se presentaba como un caramelo envenenado para el hombre que había propiciado el sueño. Más aún con los escasos mimbres que Muñoz y Benito aportaron para confeccionar un cesto de Primera. Tampoco entonces alzó la voz Espárrago sino que asumió lo que tenía y con el, después denostado, bloque de Chapín puso al Cádiz de nuevo a un nivel más que aceptable en Primera.

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Víctor Espárrago nada más acabar partido y consumado descenso. Su cara era un poema.  Foto: JB/cadistasfinos.com

La gasolina duró relativamente poco y pese a que el inicio del 2006 hizo soñar con el resurgimiento amarillo el nivel de la plantilla no dio para más. Las voces depredadoras volvieron a hacerse sonar y D. Víctor siguió demostrando su saber estar y su sentido común y la afición se lo agradeció no exigiendo en ningún momento la marcha del uruguayo pese a la denostable campaña mediática que algunos emprendieron en contra del mister cadista.Al final, una tarde en Getafe se consumó lo que todos esperábamos. El Cádiz volvió a Segunda y las horas de Espárrago en el banquillo parecieron contadas. La “fiesta del descenso” ante el Málaga sirvió de broche de oro para los dos años de un entrenador educado y sabio, tan listo como correcto, con tanto historial como futuro y que sin lugar a dudas es el mejor entrenador de la historia del cadismo.Con él se marcha Luis Soler, un segundo de Primera que nos honró con su amistad y, en más de una ocasión nos permitió disfrutar de sus impresionantes conocimientos y su agradabilísimo trato.Gracias a los dos y ¡qué les vaya bonito!

Autor:Ccapital

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