Preocupante

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 Gran parte de las esperanzas de la salvación pasan por Carranza. Albacete, Girona, Castellón, Murcia, Elche, deben pasar por  un escenario que debe pesar para que los puntos se quedan en casa.

En la rueda de prensa posterior a la derrota en el Nuevo Colombino de Huelva, Víctor Espárrago afirmó que “si hoy no se ha ganado el partido es difícil que se gane otro”. A la vista de cómo transcurrió el partido, las palabras del técnico charrúa son ciertas. El Cádiz mereció salir del campo del Decano con los tres puntos, ya que hasta el penalti que falló Toedtli, fue muy superior a su rival, al que desarboló, controló y pasó completamente por encima. Hasta esa fatídica pena máxima fallada en el minuto tres del segundo tiempo, el Cádiz había presionado con ahínco la salida del balón del Recreativo, que era incapaz de llegar con claridad a las inmediaciones del área de Kiko Casilla y de hilar dos pases seguidos. Hasta el penalti, el Recreativo estaba muerto.Después del penalti, el Cádiz bajó los brazos de manera inexplicable. Es cierto que no se puede mantener la misma tensión a lo largo de los noventa minutos de partido, ya que, más tarde o más temprano, el desgaste físico acaba apareciendo y pasando factura. Pero, a pesar de esto, el bajón que experimentó el equipo de Víctor Espárrago fue inexplicable. La presión asfixiante que habían realizado antes de la jugada clave fue desapareciendo paulatinamente hasta ser inexistente. El acercamiento a la meta de Guaita se redujo al mínimo. Y el Recreativo, que antes del penalti había estado muerto, resucitó. Y esta resurrección onubense se produjo porque el equipo amarillo lo permitió.El Cádiz era amo y señor del duelo hasta que un error puntual permitió que su rival remontara. Otro error más de concentración que propició que tres puntos casi seguros volaran. Incluso con el empate, se tuvieron buenas ocasiones para volver a adelantarse en el marcador. Pero, una vez más, la falta de puntería de la que este equipo adolece se hizo patente. Viendo el primer tiempo, parece imposible que el Cádiz no ganara. La marcha del equipo cada vez es más preocupante. Preocupante que por un error puntual eche por tierra el trabajo de todo un partido. Preocupante la falta de reacción ante los contratiempos. Preocupante, la falta de acierto de cara a gol. A este equipo le falta “mala leche” en los últimos metros. Le falta definir con claridad, le falta un goleador. Juega bien, empieza dominando al rival, acorralándolo, asfixiándolo, pero a medida que transcurren los minutos es incapaz de plasmar esa superioridad en el marcador. El resultado es de sobra conocido por la afición: inmerecidas derrotas o infructuosos empates que no alivian la situación del Cádiz en la tabla. El equipo da buena impresión en general, aunque no se ve acompañada por buenos resultados, que son los que mandan. Un dato: el Cádiz lleva cinco partidos consecutivos sin ganar, sumando dos puntos de quince posibles. Así, la permanencia es verdaderamente difícil.

Autor:Belmonte

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