Con uno menos y fuera no se gana

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 Agné en Lucena. El entrenador cadistasabe que con uno menos y fuera se hace casi imposible ganar. Debe concienciar a su plantilla en este tema.

Dos partidos casi idénticos, y con un denominador común, el rondar la hora de partido con un futbolista menos que el rival de turno. En ambos casos, además a domicilio y sufriendo la expulsión con el cero a cero inicial. Son, a fin de cuentas, los dos partidos que el Cádiz CF de Raúl Agné no ha podido ganar de las seis jornadas que se llevan disputadas.

Tiene peso específico sin duda el dato, sobre todo porque se añade que cuando el Càdiz ha disputado de esa ventaja, la de afrontar muchos minutos en superioridad de hombres, ganó con cierta comodidad, como ocurrió en Ecija con la expulsión de Javi Pérez en el lance que propiciaba el momentáneo empate.

Este comienzo de liga ha deparado un San Fernando CD más flojo que el Lucena CF. Quizás eso tuviera mucho que ver con el empate cosechado en el Bahía Sur, donde incluso el equipo rozó el triunfo de no ser por el obús se sacó Ocaña. Pero en Lucena fue otra cosa, de hecho Rafa Carrillo viene demostrando que se maneja como poco sacando el rendimiento a la plantilla lucentina en las dos últimas temporadas. Fueran o no justas las dos amarillas que vio Ceballos en el municipal cordobés, lo cierto es que el lateral derecho catalán cometió el mismo error que Kike López en San Fernando, el arretemer con desmezurada contundencia en una acción esteril en el centro del campo. Ocaña hizo el resto en la 1º jornada y Javi Salero hizo lo propio el domingo. Revolcarse y exagerar. El graderio de amplificador necesario para que el colegiado no tuviera dudas.  Pero que nadie se engañe ni le nublen los colores. En 1º, 2º, 2º B y 3º, ocho de cada diez lances de este tipo acaban con el jugador visitante expulsado.  

Fue lo que ocurrió en Lucena y a partir de ahí, Rafa Carrillo ya era capaz de tocar con los dedos el triunfo, mientras que Raúl Agné suspiraba con acudir a la sala de prensa con el punto de marras. Era otro partido el que se jugó a partir del minuto 37, y si bien es cierto lo que dijo Agné a la conclusión de que hasta los estertores del encuentro el equipo controló bien la situación y no pasó grandes apuros, también dejó claro que con uno menos se hace muy complicado llevar la iniciativa. Esta, y no otra es la única lectura posible que la plantilla debe sacar de Lucena, que es que en Segunda B, por muy Cádiz que sea, se hace casi imposible sumar triunfos en inferioridad númerica durante tanto tiempo.

 

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