Uno que sabe tela, y sus cinco razones


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La procesión va por dentro

Cinco razones para no cambiarLas tres derrotas seguidas, si en algo habían hecho coincidir a los que seguimos al Submarino casi a diario, era en la necesidad de cambiar el once inicial para el último partido ante el Lleida. Todos, incluso el mister, vaticinaba a principios de la semana pasada que iba a cambiar algo más que lo obligado por la ausencia de Manolo Pérez en la medular. Una de las máximas en fútbol dice que, con tres derrotas seguidas, lo indicado para curar estos males es cambiar piezas, buscando la competitividad y aire fresco que deben de aportar los que menos minutos disfrutan, o los no actores principales de las caídas.Esta fue la máxima que aplicó Espárrago en Almería tras las dos primeras derrotas. Era la tercera jornada y Armando, Varela, Abraham se estrenaban como titulares por primera vez en liga. Desde entonces, todo ha ido sobre ruedas, y el equipo, cual bólido amarillo sin frenos y con los peraltes indicados por el mister, casi se sale del 2004. Pero llegó el 2005. El espejismo del Pontevedra no fue suficiente para el freno en seco que supuso no sumar ningún punto más en enero. Todos los cadistas nos acordamos de Almería y en las inyecciones que podían suponer la titularidad de Jesuli, Nenad, Fleurquin o incluso Fredi.Al final, el mister, con la sapiencia que da su currículum, nos sorprendió (o medio sorprendió) a todos, haciendo la única variación obligada. La de Suárez por Manolo. ¿Cuáles serían los motivos para ellos?. Voy a intentar ponerme en la mente de Victor, y también en la de Luis Soler, que seguro también fue participe de la decisión para encontrar las razones.

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El equipo respondió al mensaje

1.- La diferencia de puntos con el bloque perseguidor (el famoso crédito) permitía margen para seguir confiando en sus hombres, y si tuviera que hacer modificaciones por un mal resultado en Lleida, siempre tendría el partido con el Almería2.- La confianza en el bloque y equipo tipo va más allá de tres malos resultados. Es el mensaje más que claro que recibieron los once titulares de ayer cuando se vieron en la pizarra. Aquí no hay culpables ni víctimas debieron leer entre líneas.3.- Perder en Lleida, algo que entraba dentro de los planes ante la buena racha de los azules, podía tener peor lectura si se hubiera producido con aire fresco.4.- Los que cuentan con menos minutos es por algo. Se dice que las categorías en el fútbol están por algo, y las plazas en el titular, sobre todo en la plantilla del Cádiz, no deja margen de maniobra para hacer muchos puzzles. 5.- La entrada de Suárez por Manolo, ya de por sí, suponía una variación importante en el esquema inicial. Con Roberto se ganaba en contención, equilibrio por delante de la defensa y posesión. Tras los tres perdidos era vital reforzar la seguridad defensiva para crecer ofensivamente desde esa premisa.En estas cinco explicaciones, más bien en la conjunción de todas, y en el porcentaje que sólo el mister conoce debemos encontrar su decisión. Al saber le llaman suerte, o quizás la flor que hizo famosa Miguel Muñoz, es ahora la flor de Espárrago. El caso es que la flema, y no ponerse nervioso por las derrotas, con la que decidió afrontar el encuentro de ayer hizo que Victor mantuviera su guión de siempre. El mismo que le ha permitido ganar el sexto partido a domicilio de once salidas, esta vez además remontando un partido, algo que, por cierto, es la primera vez hace el Cádiz desde su retorno a la categoría de plata.Enhorabuena, mister.

Autor: Braulio Tiner

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