Una vuelta del experimento con Blanco

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 Blanco volvía a los banquillos en Ecija. En la imagen en Lucena tres semanas después, momentos antes de ser anunciado su relevo.

25 de noviembre de 2012. El Cádiz CF juega en Écija. No es un partido más. Al menos no lo es para un hombre, Ramón Blanco Rodríguez, que vuelve a sentir en primera persona sensaciones que parecía tener enterradas para siempre desde hacía mucho tiempo. De eso ya ha pasado toda una vuelta de liga, diecinueve encuentros, de los que sólo los tres primeros se sumaron a la hoja de servicios del mister gallego, ya desvinculado también de sus labores informativas en la televisión municipal.

 Mucho ha cambiado el Cádiz CF desde entonces. Basta el dato de comprobar los que se vistieron de corto aquella tarde. Cambios en todas las líneas además. Bernabé fue el portero en San Pablo. Por delante, una defensa en la que ya están Garrido y Bermúdez que desaparecieron en enero. El algecireño Tomás se alineaba en el centro del campo, en una línea donde también estaba el paraguayo Edison Torres. Como hombre más adelantado Adrián Gallardo, que fue el delantero centro elegido por Blanco para su debú. Abdoulaye Fall, Pablo Sánchez, Juan Villar, Moke y Albentosa son los únicos que permanecen como titulares en el once que Raúl Agné ha perfilado como su alineación-tipo después de los dieciséis partidos dirigidos desde su llegada.

 El Cádiz CF perdía en Ecija aquella tarde por 2-0. En realidad fue un partido de cuarenta y cinco minutos. Al cuarto de hora anotaba de penalti Raúl Plata (por manos de Diego Garrido) , y al poco de llegarse al descanso marcaba Migue para los de Miguel Rivera después de un fallo defensivo de Bermúdez. Tras el pitido final del manchego López López, el Ecija se colocaba sexto en la tabla, mientras que el Cádiz se quedaba sólo un punto por encima del descenso. Una tarde amarga para el cadismo que ya empezaba a preocuparse por una situación que se tornó negrísima sólo dos semanas después tras perder por el mismo resultado en Lucena. Una derrota en tierras cordobesas, la tercera de Blanco consecutiva y la octava en dieciséis encuentros. El Cádiz de Blanca no arranca títulabamos en estas páginas. Se presagiaban unas Navidades tenebrosas y donde acertar en la decisión del necesario recambio de Blanco se antojaba como más que clave, de vida o muerte. 

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