Una victoria distinta

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 Minuto 47. Perico batiendo a Dimitrewski y logrando el momentáneo empate.cad_gcfb_09.JPGLuque es felicitado tras el segundo gol. El cordobés dio los pases de losdos tantos, demostrando por fin esta temporada lo que de él se espera.cad_gcfb_12.JPGNafti con Fatou, unos de los varios excadistas que formaron con el Granada B.

Decimoquinta jornada de liga en Carranza, octavo partido como local. Tras la contundente victoria en Sanlúcar donde se apagó el fuego de los reveses a domicilio, muchos presagiaban que el filial del Granada venía contratado como sparring. Los números, casi siempre traicioneros, daban a un Cádiz como mejor local, con seis triunfos y un empate, mientras que el filial rojiblanco sólo había ganado un partido lejos de Granada, sumando el resto de desplazamientos como derrotas.

Y se quiera o no, la puesta en escena del choque por parte de ambos contendientes dio toda la sensación de exceso de confianza de los amarillos. O eso o el azar, pero lo cierto es que al minuto de juego ya perdía el Cádiz, tras aprovechar el cuadro de Joseba Aguado una buena presión con pérdida en el centro del campo de Perico. Una acción fulgurante que acabó en el balcón del área donde el utrerano Alvaro García sorprendía con un rápido disparo imparable para Alejandro. No se había llegado al minuto de juego y si algo estaba claro es que si el Cádiz quería ganar tenía que escribir un guión distinto por vez primera en Carranza: el de la remontada. Nunca hasta esta tarde los de Agné se habían visto por debajo en el marcador en ninguno de los siete ancedentes anteriores. Quedaba todo el partido pero pronto se vio que Joseba Aguado conocía a las mil maravillas el juego preferido de Agné, y el primer tiempo transcurrió con una sóla aproximación cadista, donde una buena combinación Perico-Ceballos acabó con centro de este y remate de Airam con marchamo de gol que el macedonio Dimitriewsky abortó con una gran intervención, lo mejor que hizo en todo el encuentro.

En el descanso las sensaciones no eran buenas. El Cádiz estaba maniatado y estaba por ver cómo Agné podía aleccionar a sus hombres para conseguir primero el empate y luego el triunfo. No hubo cambios, pero pronto se vio que la intensidad y el pundonor y, también la clase de Luque y Perico se combinaron a la perfección para enhebrar una acción por el centro de la zaga que culminó con gol del malagueño. Lo celebró con rabia el zurdo, quizás recordando su pifia del minuto uno. A partir de aquí llegaron los mejores minutos del Cádiz CF. Fue el momento en que se vislumbraba que el 2-1 podía caer en cualquier momento. Pudo llegar en dos buenas acciones por la izquierda, y también en esta banda nació lo que terminaría siendo a la postre el gol de la victoria, merced al oportunismo de Villar que cazó un pase de la muerte de Jorge Luque, por fin determinante en esta temporada. Apenas se había rebasado la hora de partido y el Cádiz había conseguido en quince minutos lo que nunca estuvo ni siquiera cerca de conseguir antes del descanso.

A partir de este instante el juego del Cádiz ya fue poco a poco acomodándose a la necesidad de guardar la retaguardia con el riesgo evidente de que el Granada CF volviera a dar un zarpazo. Agné movió el banco y fue desgranando los relevos (Márquez, Martins y Gato) con el propósito de contemporizar y mantener la remontada hasta el final, algo que se consiguió no sin sufrir cierto asedio visitante. Un triunfo sufrido hasta el final, pero que al fin y a la postre es el noveno de la temporada y permite a los amarillos hacerles subir un peldaño en la clasificación, donde ya son terceros.

 

 

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