Un amistoso condenado a no jugarse

boloscadistas.jpgLos últimos compromisos de pretemporada del Cádiz se están caracterizando más por los aspectos extradeportivos que por el propio juego. Primero, en el Trofeo Ciudad de El Puerto, se vivió el caos más absoluto a la hora de proclamar al ganador. El último episodio se vivió en el amistoso contra el Puerto Real el pasado martes. De entrada, ese amistoso estaba previsto que se jugara contra el Córdoba –con el que ha habido una polémica, mezclada con el “caso Hércules”, sobre cuál de las dos entidades había cancelado antes el encuentro- o contra el Betis. Finalmente el rival fue el Puerto Real, y hacia allí se desplazó la expedición amarilla para continuar con su preparación para el inminente debut en competición oficial. Pero dicho amistoso no se disputó. El Cádiz llegó, vio y no jugó. Las condiciones del terreno de juego no eran las más apropiadas, y el riesgo de lesiones real. Más vale prevenir que curar, dice el refrán. Hizo bien el Cádiz, al anteponer sus propios intereses a la disputa de un bolo de pretemporada. Jugar en un patatal, arriesgarse a perder a un hombre a tan pocos días para empezar la verdadera competición era innecesario. Ya han caído el canterano Juanito y Raúl López. Hay que intentar jugar, acumular minutos para que el equipo llegue lo más rodado posible al partido en Carranza contra el Jaén, pero tomando la menor cantidad de riesgos posibles. La plantilla del Cádiz es corta y aún está inconclusa, en fase de construcción. Los medios de los que el club dispone para incorporar efectivos también son escasos. Nadie puede permitir que caigan jugadores lesionados antes de tiempo, pues en la situación en la que está inmersa la entidad su reemplazo es complicado. La postura del Cádiz fue la más lógica que se podía adoptar en ese caso. El enfado del Puerto Real, que contaba con que ese amistoso se disputara, también lo es. Su rival llegó, se presentó en el terreno de juego y en el último momento se echó atrás. Quizás con el paso del tiempo comprendan desde el Puerto Real que lo mejor era que ese amistoso, que estaba condenado a no jugarse desde el mismo instante que ni Córdoba ni Betis aceptaran jugarlo, no se realizara. También, es de esperar que desde el club se cuiden más estos detalles en un futuro, para que no se repitan estas situaciones. Mirar, antes de comprometerse a disputar un amistoso, que el campo donde se vaya a jugar es apto, en condiciones. Aprender de los errores y no volver a repetirlos más.

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