Triunfo para creer en crecer

Un gol de Andrés Sánchez en el ecuador del segundo tiempo dan los tres puntos a los amarillos.

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 Andrés Sánchez, con su derecha, lograba lo ansiado y buscado, batir a un buen Campos. Abajo el disparo.cad_gua_01.JPGcad_gua_04.JPGEl canterano Alberto tuvo su debú con triunfo. Reemplazó a un aplaudido Villar.

Se dice que el fútbol no suele repartir justicia y que esta sólo entiende de goles a favor y goles en contra. Hoy se ha vuelto a corrobar de esta manera, aunque si bien es cierto que por ocasiones de gol, disparos a puerta y por insistir hasta lograrlo, el Cádiz ha ganado con justicia a un buen CD Guadalajara, sólidamente capitaneado por quizás lo que la liga consolide como uno de los mejores centrales de la categoría, Espín.

Mentalmente este Cádiz de la segunda etapa de Agné es bien distinto al del curso pasado. El aragonés no se cansa de decirlo en público y en privado y esta noche se ha vuelto a demostrar.Y eso que el primer tiempo no dejaba atisbar al Cádiz que tan buenas sensaciones dejó en San Fernando hacía una semana. Bien maniatado por los morados, sólo Kike Márquez conseguía atisbar algo de peligro por su banda, viéndose muy pronto que no iba a ser la noche de Perico, que para terminar de romper, tuvo que solicitar el cambio en el minuto cuarenta, propiciando el debú del lojeno Andrés Gato. Fueron unos cuarenta y cinco minutos tediosos, si bien Alvaro Campos ya tuvo oportunidad de dejar claro que iba a vender cara su derrota. Suya fue la mejor parada de este primer acto, precisamente a un disparo con enorme intención del sanluqueño Kike. El CD Guadalajara, con una línea de presión muy adelantada, recuperaba con cierta facilidad en la zona ancha, si bien en ataque estuvieron romos, sin apenas probar a Alejandro, uno de los muchos debutantes ligueros en Carranza.

El segundo tiempo tuvo un inicio y unos primeros quince minutos calcados a lo que se había visto hasta entonces, pero a partir de la hora de encuentro el Cádiz de Agné dio un paso adelante, quizás propiciado por el desfonde fisico alcarreño, o quizás porque los amarillos entendieron que era el momento propicio para ir a por el partido. Con un Gato muy abierto a la banda derecha, fue sin embargo la izquierda la preferida para atacar a Campos. Un ataque que contó con el despliegue físico de Andrés Sánchez que a medida transcurrían los minutos se doblaba una y otra vez a Kike, o incluso a Villar, dado que el sanluqueño en esos momentos también basculaba por detrás de Airam. No perdió la paciencia el Cádiz CF  y quizás eso resultó clave, también porque Martins fue de menos a más y se entonó en el paso y en conceder menos perdidas. Fueros unos instantes de asedio amarillo, con dos grandes intervenciones de Campos, especialmente uno a tiro con enorme intención de Kike buscando la cepa de su poste izquierdo (fondo sur). También un centro de Andrés fue despejado cuando Airam se disponía a fusilar. Pero al tercer acercamiento llegó el gol. Andrés Sánchez recogió un balón dentro del área, se aprovechaba de la caida de dos defensores, y tras abrirse buscar hueco y cambiarse el balón a su pie derecho, lanzó un fuerte disparo que llevó el delirio a las gradas. Lo más difícil estaba hecho, apenas quedaba sellar ya la portería de Alejandro, la otra meta de la noche.

Pronto movió fichas Salvachúa y sacó al hispano francés Toledo por el ex melillense Jairo, pasando a jugar con dos delanteros. Por parte cadista, Agné fue inteligente y supo que era el momento de aprovechar el balance defensivo que Fall podía aportar de refresco. Se retiraba Kike y era Martins el que basculaba un poco a la izquierda, incrustándose el senegalés junto a Nafti, gran partido en lo táctico el del franco tunecino, verdadero capitán del equipo en el campo. Así fueron pasando los minutos sin que apenas pasara nada, si bien pudo pasar de no ser por que Nafti sacara debajo palos un fortisimo disparo de golpe franco de Prosi, debutante en los morados y uno de sus mejores hombres. Alejandro estaba batido y hubiera sido injusto dado lo visto. Por entonces ya jugaba el canterano Alberto, que ya casi con el tiempo cumplido había relevado a Juan Villar, que se retiró entre aplausos en lo que puede entenderse como el perdón definitivo de una afición que valoraba las ganas del onubense.

Con tres minutos de prolongación y la típica agonía porque en fútbol hasta el pitido final todo es posible, el Cádiz daba buena cuenta de su primer triunfo de la temporada. Corto pero justo.

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