Sensaciones enfrentadas

El partido de ida de la eliminatoria de ascenso disputado en Carranza me dejó un sabor agridulce, con sensaciones enfrentadas. Al término del primer acto de esta eliminatoria me siento alegre porque el Cádiz ha conseguido vencer, pero a la vez preocupado porque la renta obtenida, un solo gol, se me antoja escasa.

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La eliminatoria quedó en el aire. Mucha tensión en Carranza y el resultado, aunque corto, otorgauna ventaja a los amarillos para el partido de ida. En la foto, cortesía de Jesús M.López, Caballerointenta presionar la salida del balón del cuadro del Real Unión.

Dos no pelean si uno no quiere y eso es también extensible al partido de ayer. El Real Unión tenía muy claro lo que debía hacer: marcar si era posible un gol y evitar que se jugara por todos los medios y eso último fue lo que acabó primando. En el segundo período el Cádiz acabó jugando a lo que querían los irundarras, oséase, a no jugar. Sabíamos que el cuadro vasco se caracterizaba por presionar muy fuerte y siempre al límite de la legalidad. Quedó esto muy claro cuando Goikoetxea vio la primera amarilla: un equipo rocoso y que entra duro desde el primer al último hombre. Con la expulsión de Aitor Sanz el partido acabó yéndose al limbo. Teniendo un hombre menos en cancha el Real Unión se centró en que no hubiera partido, dejando para el encuentro de vuelta los goles. Futbolistas irundarras que instantes antes habían sido auténticas rocas, como Eneko Romo, se revolcaban por el césped de Carranza a la espera de que el árbitro picara o a que el Cádiz echara el balón fuera. Berruet y Gurrutxaga se dedicaban a entrar salvajemente o a enzarzarse en tánganas sin sentido para descentrar al Cádiz. Y el Cádiz, para mi gusto, se descentró, siendo muestra de ello la entrada fortísima de Enrique al lateral zurdo del cuadro vasco, que enfadó enormemente a Gracia. Con esa entrada, y su consecuente amarilla para el extremo extremeño, definitivamente el Cádiz mordió el anzuelo y entró en el no-juego planteado por su rival. Creo que Gracia se equivocó con los cambios; quizás no en los que realizó, pues para mí Enrique estuvo muy desacertado y merecía ser sustituido, pero sí en el momento en que los hizo. Fran Cortés, o el mismo Rubiato, deberían haber entrado a renglón seguido de la expulsión de Aitor Sanz. Con uno más y atacando con cabeza podría haber caído otro tanto que ayudara a viajar a Irún más tranquilos. Pero bueno, eso ya es fútbol-ficción y no vale la pena siquiera planteárselo. Va a ser una eliminatoria muy difícil, pues nos espera en el Stadium Gal una encerrona, con un Real Unión que estará mucho más agresivo si cabe que en Carranza y dispuesto a meterle más ritmo al partido. El 1-0 no es mal resultado, todo lo contrario, porque nos permite afrontar el duro duelo del Domingo con algo más de calma, pero viendo cómo fue el partido a mí me sabe a poco. La clave, para ambos, estará en marcar pronto. Esperemos que finalmente el Cádiz logre llevarse el gato al agua.

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El gol de Toedtli bien puede valer un ascenso. Basta con que Casilla eche el cerrojo en la vuelta.

Autor:Belmonte

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