Raúl Navas y la fragilidad defensiva

cadiz_navas_puerto.jpgEl fútbol muchas veces no es justo. Esta semana, repleta de partidos desde el Miércoles por las semifinales de Copa del Rey, ha sido un ejemplo de ello. A veces, el que mejor juega y más ocasiones tiene a su favor, no se lleva la recompensa de la victoria. Lo vimos en la eliminatoria entre Getafe y Sevilla, en la que el equipo azulino pasó por encima de los hispalenses y, sin embargo, quedaron apeados de la competición. Ayer, en el estreno de los Viernes como apertura de la jornada de Liga Adelante, el Cádiz Club de Fútbol vivió una situación similar.

Mucho mejor que el Córdoba en la mayor parte del encuentro, acabó viendo cómo el equipo blanquiverde le ganaba la partida. Una derrota ante un equipo de un nivel similar al amarillo que, como en el partido de la primera vuelta en Carranza, hizo muy poco para superar a su rival. En aquella ocasión, un inspiradísimo Raúl Navas salvó al equipo califal de irse goleado del estadio cadista. En el encuentro de ayer, el guardameta gaditano volvió a ser el salvador de su equipo.

Navas lo paró prácticamente todo: buenos disparos lejanos de Nano González, remates de Toedtli dentro del área, todo un repertorio de faltas desde media y lejana distancia… El guardameta cordobesista se motiva especialmente cuando se enfrenta a su ex equipo. Además, la única vez que Navas no pudo detener el esférico, el árbitro ayudó a su equipo: ese gol que marcó Enrique nunca puede ser anulado por fuera de juego.

Además de no ser justo, el fútbol se acaba decidiendo por pequeños detalles. Eso fue lo que le acabó dando la victoria al Córdoba, que hasta el momento del gol había sido netamente inferior a su rival. El gol, más allá de ser una gran jugada de Lizio, es un despropósito defensivo de la zaga del Cádiz. ¿Cómo puede ser que ni Cristian, ni Nano González sean capaces de hacer una falta táctica en el medio del campo ante la galopada de Lizio? ¿Cómo puede ser que el futbolista del Córdoba entre en el área con total libertad sin que Fragoso o Álvaro Silva puedan arrebatarle el balón con limpieza? ¿Cómo puede ser que, rodeado por dos defensores y pegado a la línea de cal, Lizio consiga escabullirse y servirle el balón en bandeja a Pepe Díaz para batir a Casilla? Es un gol totalmente inexplicable. Con esa candidez en defensa no se puede ir a ninguna parte, y el problema es que este año ya ha habido goles que, de haber sido más agresivos atrás o en mediocampo, podrían haberse ahorrado.

Queda mucha temporada aún, queda mucho por aprender. Ojalá que el equipo aprenda de estos errores para no repetirlos más y no perder más puntos de manera innecesaria.

Autor:Belmonte

También te podría gustar...