Motril no dejó ni la pedrea


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Teixeira, en el centro, saluda a Koke y Cristianantes del inicio del partido en Motril

El Cádiz recibió de la misma medicina con la que ganó sus ultimos dos encuentros (Tarragona y Sevilla At.). En este caso, sin embargo no fue el portero rival sino Koke Contreras. En esta segunda división tan igualada y donde a todos cuesta meter un gol, recibir un gol en contra en los últimos cinco minutos es sinónimo de muerte fulminante. Así fue en Motril, y de poco consuelo sirve, como es justo hacerlo, que fue merced a un penalti muy discutido. Tan discutido que en condiciones normales esa jugada no merecía ser castigada de esa forma. De hecho, el juez de la banda de preferencia (el mejor colocado) no hizo en ningún momento la inequívoca señal que marca los once metros. Tampoco es que las protestas fueran masivas. El balón, lanzado a muy poca distancia, golpeó en la mano derecha de Gonzalo Vicente, pero muy parcial hay que ser para encontrar un resquicio en el reglamento que permita señalar penalti. En el terreno de juego se observó un diálogo entre árbitro y ayudante y fue el primero quien sin mucha determinación marcaba el llamado punto fatídico. José Juan Luque no perdonó (no suele hacerlo) y engañó a Koke. Era el 2-1 para los locales, en un encuentro que no merecía que los locales acabaran ganándolo, a pesar de empezar marcando muy pronto.

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 El Cádiz fue víctima de un gol en las postrimerias.La derrota no fue merecida, pero fue un riesgo que se corrió por no desnivelar antes.

Eso fue antes del cuarto de hora. El 74 solo creaba peligro en saques de esquina. En el segundo consecutivo que lanzaban, los de Tapia cambiaron de táctica. Metieron a cinco jugadores en el área pequeña, y consiguieron su propósito. Dejar expedita la frontal del área. Luque sabía que por allí iba a aparecer uno de los centrales, Fagoaga, quien sólo tuvo que enchufar puerta pues la maraña de jugadores impidió a Koke hacer poco a pesar de lo centrado del disparo. Uno a cero, y estaba cantado que había que lograr dos si queríamos los tres puntos. El 74 no lo iba a poner fácil. Los de Tapia son expertos en no cometer errores. Para ello basan su juego en una cierta simplicidad, a la vez que trabajada. Torrecilla y Gibanel forman una dupla rocosa por delante de un eje experto con Fagoaga y el balear Crespi. En la izquierda Assemoassa es más central que lateral, mientras que en la derecha, el entrenador de Baena colocó a dos laterales (Ruz y Juanlu). Iba a ser imposible superarles en juego combinativo. Para colmo el césped lo desaconsejaba de todas a todos. En ese sentido no se entiende mucho la alineación de Enrique (ya de por si fuera de forma). El extremeño sólo intentó un uno contra uno contra el limitadísimo lateral francés. Lo perdió. Más peligro creo el Cádiz por la zurda con un activo y muy metido en el encuentro Gustavo López, acompañando de Parri que en este primer tiempo intentó asociarse con el de Valentín Alsina. Un remate de Dani y tiro lejano de Miguel García fue de lo más peligroso.

Tras el descanso fue Enrique el que desapareció (en puridad no llegó a aparecer nunca) para dar entrada a Natalio Lorenzo. El cedido por el Almería debutó de amarillo de gris, pero demostró que puede aportar cosas que no tenemos. Velocidad, disparo a puerta, buen control de balón además de que sabe buscar espacios. A los tres minutos llegó el empate de Dani. De cabeza. De pillo. A saque de libre indirecto de Parri. Un buen gol. El empate hizo que el Cádiz se hiciera con el encuentro. El gol de la victoria cadista parecía cuestión de tiempo. El 74 estaba tocado cuando se enfiló el último cuarto de hora. Y es entonces cuando quizás Tapia gane el encuentro. Gonzalo Vicente era el hombre más débil de la zaga amarilla. Por eso Tapia lo vio claro. Sacó a Juanlu, más lateral que extremo y puso en su lugar a un morenito, Elvis, que jugaba su tercer partido con los locales. Nada del otro mundo, pero fresco (de mente y de piernas). En dos carreras previas ya hizo levantar al poco público local. Fue lo suficiente para que el choque entrara en el ultimo rush en el área de Koke. Un centro de Elvis tras varios caracoleos, dio en la mano de Vicente.  A partir de ahí el protagonista fue Teixeira.

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