López Silva tumbó al rey del empate

Que el Racing Club Portuense fuera capaz de sacar algo de Carranza era, llevándolo al terreno probabilístico, como el tirar una moneda al aire. Era la lectura más lógica después de analizar que en toda una primera vuelta y el pico de la segunda se presentara en Carranza con un 54% de resultados positivos (sólo seis derrotas de once desplazamientos). Y vaya si no estuvo a punto de conseguir un séptimo… Pero apareció José María López de Silva. En el minuto 62. Curiosamente, el menudo extremo onubense volvió a ser determinante en el triunfo amarillo. Lo mismo que en el día de Roquetas, en la misma fase del partido, y sólo cinco minutos después. Como entonces el 0-0 marcaban los dos marcadores digitales del estadio amarillo. Pero la similitud con el día del Roquetas sólo tenía que ver con lo que reflejaba en el marcador, pues este domingo el Cádiz si ha sido capaz de generar ocasiones, forzar saques de esquina (más de diez a su favor) y en resumidas cuentas, tener el partido con la sensación de que el gol tenía que llegar tarde o temprano. El primer periodo fue un monólogo de los Gracia’s boys. Con dos bandas bastantes activas, fueron Borja Rubiato (en dos ocasiones), Juanma Delgado y Carlos los que estuvieron a punto de derribar el muro que Ferri había colocado delante de Manu Taranilla, un cancerbero que ha dejado en Carranza maneras de buen portero. Sin embargo con cerocerismo se llegó al descanso.Tras la reanudación, siguieron llegando ocasiones, aunque esta vez la más clara no fue desperdiciada. Los méritos de Silva, que hacía de delantero centro, tendría que repartirlos con Carlos Caballero. El madrileño, que cayó en su banda preferida, volvió a sacar un centro medido que el único suplente que ha sido capaz de asentarse en el titular no desaprovechó. Es su primer gol en Carranza en partido oficial de liga.Quedaba media hora y ya se había hecho lo más difícil. Claro que como era previsible el Racing, metido en mil y un problemas, seguramente no tendría el físico adecuado para ir a tumba abierta por el partido. Gracia leyó bien el partido y aunque las ocasiones fueron llegando cada vez más a cuentagotas, el control del partido no fue perdido por sus hombres en ningún momento.Al final, el que la lio fue Pino Blanco. Alguien debería recordarle a este hombre que una entrada a raz de suelo si no toca al adversario es juego peligroso, tarjeta amarilla, y jamás roja. Fue lo que le ocurrió a Raúl López. El mismo Alberto Ferri tenia claro que la acción no fue merecedora de expulsión. A ver si esta vez desde el club cadista se recurre ( y se gana) ante el Juez única. Con un video que demuestre que no hay contacto seguramente bastaría. Sobran las palabras.