Hubo Riesgo Real


cad_rso_01.jpg Riesgo y Raúl López. Dos de los grandesprotagonistas del encuentro. Foto: Alvaro T-cadistasfinos.com

La Real Sociedad sigue sin ganar en Carranza. Dicho esto, su entrenador, el tolosarra Juan Manuel Lillo puede seguir con su estadística de seguir invicto. Blanco y en botella. El partido acabó en empate cuando David Miranda decretó el final tras los tres minutos de alargue que concedió. Fue una X aunque el encuentro bien pudo terminar en 2 o en 1. Partido de los que gustan a los aficionados, con cuatro goles (no fueron soles) que bien pudieron ser más pues ocasiones francas se desperdiciaron bastantes. En especial en la segunda mitad los ataques superaron a los defensas, aunque el momento clave del envite haya que encontrarlo tras el reglamentario descanso.

El Cádiz se fue al “intermedio” con 0-1. Con enorme claridad, e incluso suficiencia, la Real manejó al Cádiz durante gran parte del primer periodo. Tocar, tocar, con una tripleta en la medular que superaba a la de Fleuquin-Bezares. Lillo sorprendió a todos dejando en la ducha al malagueño Nacho, colocando en su lugar al sub17 Fran Mérida. El joven zurdo también ayudaba en la construcción y con Pep Martí de Director, flanqueados por Larrea (en la derecha) y Elustondo (por detrás) escribían el guión de porqué los donostiarras son claros aspirantes al ascenso. El oportunista Delibasic, como ariete, y con Iñigo Díaz de Cerio, partiendo desde el flanco derecho, eran los estiletes, los hombres llamados a hacer daño a Contreras. Y vaya si lo hicieron.

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 La Real sigue sin ganar en Carranza y el punto le sirve más a los amarillos .Foto. Alvaro T.

El marcador se desniveló para el que fue el mejor durante esta fase. Lo marcó Iñigol, fue su decimoquinto de la liga, un monumento al saber estar, al oportunismo. No estuvo atento De la Cuesta, como tampoco lo estuvo durante buena parte del encuentro. Faltó contundencia en el zaguero. Al descanso se llegó con gritos de ¡Queremos once Raúl López! acompañados del ya más internacional ¡Más cojones, menos millones!

La comidilla en el descanso no era halagüeña. El aspirante al ascenso, un equipo con enorme calidad ofensiva, iba a contar con espacios. No sorprendió Procopio con los cambios (Enrique y Barreiro enviaron a la ducha a Kamil y a Bezares) aunque si con la variante táctica. Abraham adelantó lineas hasta el mediocentro y se colocó pegado a Fleurquin. Además,  Enrique en banda derecha, con Gustavo en la izquierda y Natalio por detrás de Barreiro y Dani.

Riesgo. No el portero de la Real, sino riesgo real fue el que tomó el técnico gaditano. Sueño. Con Sueño Real salieron los de Lillo. Más que con sueño, dormidos pensando en los dos puntos en los que estaba el Málaga. Tanto fue la pájara real que en veinte minutos el Cádiz le había dado la vuelta. Para efectividad, la amarilla. La dupla atacante del Cádiz habló en el campo. Primero Dani Martín y luego Natalio, este ensartando el ojo de la aguja de las piernas de Riesgo habían volteado el marcador.

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 Natalio no marcaba desde el día del Poli Ejido. Su segundoperiodo recordó al mejor Natalio.

Quedaba mucho. Tanto como veinte minutos. El león vasco se despertó y achuchó de lo lindo. Procopio movió el banquillo. Gustavo, tres minutos después del 2-1, dejó su sitio a Miguel García. Ya Paz había recompuesto la defensa de cuatro. Quizás las características del mediocentro manchego no eran las más validas para contener las acometidas. Pero es que poco chance más había en el banquillo. Los donostiarras sacaron toda su artillería. Primero Gari, luego Víctor y por último el cordobés Alvaro Novo. En el marcador ganaba el Cádiz, pero físicamente la Real apretaba de lo lindo. Fisica y mentalmente llegaron más enteros y el empate era una posibilidad real. Tanto fue el cántaro a la fuente que Delibasic terminó por romperlo. De aquí al final, trece minutos que no fueron gafe para ninguno. Un empate que puede considerarse justo.

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