Este si lo vale (A Matías Pavoni)

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Ya lo intento hace una vuelta. Esta vez, si salió.

A la segunda, la vencidaAntes de empezar reconocer públicamente que no soy “Pavonista”. Los que me conocen, lo saben. Y me refiero, como no podía ser de otra forma, a lo estrictamente profesional, que en el terreno personal, Matías se ha ganado también mi afecto y cariño por su “compromiso” con el amarillo, sobre todo desde aquella inoportuna lesión en el escafoide la tarde que el Jerez (sin X) nos metía tres y complicaba la liguilla. Ni por esas se perdió la liga del ascenso, con aparición fundamental en el segundo partido en Carranza frente al filial culé. Con el brazó casi en cabestrillo saltó al campo y revolucionó el partido que terminamos ganando 2-0. Por si fuera pocas desgracias, también acabó lesionado en el Juan Güedes, claro que antes ya le había cometido el penalti que valió el ascenso.

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Matías un gol para enmarcar

Ahora bien, en el terreno deportivo, mantengo desde hace tiempo que su rendimiento, el “objetivo”, que se traduce en goles, pases de gol, minutos de juego y aportación al colectivo, no va ni mucho menos parejo a su ficha —según la rumorología la más alta de la plantilla—. Ya sean por las lesiones (el curso pasado se perdió media temporada), las expulsiones, o las bajas formas que todos tienen, el rendimiento de Matías no es acorde a su ficha. Para algunos amigos con lo que coincido se trata de un jugador sobrevalorado y en el que la marea amarilla ha encontrado el perfil del ídolo que todas las aficiones, sobre todo los más jóvenes, buscan: joven, “guapo” y extranjero. Matías reúne las tres carácterísticas, a las que le une una indudable calidad técnica que hace brotar, a mi juicio, a cuentagotas. Resulta sintomático que cuando se trata de alabar a nuestro Matías, todos, la mayoría al menos, hablan del partidazo ante el Elche la liga pasada. Partidazo sin duda, pero pocos momentos más de gloria del italo-argentino afloran a la memoria. Si ojeamos las actas de los partidos victoriosos de noviembre y diciembre, el nombre de nuestro “once” es el del delantero con menos protagonismo en las victorias. Su partido ante el colista Pontevedra fue (a pesar del gol) pésimo. A pesar de ello, cuando se retiraba por Suárez a poco del final, el estadio era un clamor, y es que Matías nos tiene ganado el corazón.En esta temporada debutaba ante el rival de hoy, el Lleida. Fue en Carranza, y Pavoni jugaba sus primeros minutos (catorce fueron) tras su eterna recuperación de la operación de pubis. Acabó expulsado victima de la propia impotencia por el 0-2 que ya señalaba el marcador. Aquel día, lo recuerdo perfectamente, salió aclamado, a pesar de que sólo tuvo tiempo de intentar una chilena, que se marchó fuera, muy lejos. Hoy si ha acertado con el marco del Lleida. Su gol, de lo mejorcito seguro de la jornada, seguro que le sirve para aumentar su autoestima —nada me alegraría más— y de camino su rendimiento al equipo. Con Oli atascado, que el gol llegue por la izquierda (Sesma) y por detrás (Pavoni) es lo mejor que puede ocurrirnos. Y para eso Matías debe hacer suyo el protagonismo que todos, yo el primero, queremos de él.Enhorabuena y felicidades por el Gol. Para los míos quedará como lo celebramos en Jerez….por B.Tiner

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”Vótanos”

Autor: Braulio Tiner

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