El primer penalti

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 Mariano Toedtli marcó el primerpenalti de la temporada.

Decía Pelé que un penalti era una forma cobarde de marcar un gol. Siguiendo esta lógica, el Cádiz era junto al Real Murcia (que ha marrado todos los que ha lanzado esta temporada) uno de los equipos más valientes de la categoría. Y digo esto porque hasta el partido de ayer contra la Unión Deportiva Levante, el Cádiz no había disfrutado de ningún penalti a su favor.

Veintitrés jornadas pasaron hasta que un árbitro se atrevió a señalar penalti a favor del equipo amarillo. Antes, ya le habían pitado dos en contra. El primero, en el Rico Pérez de Alicante, en la cuarta jornada de Liga, pitado por el extremeño Gil Manzano y que acabó siendo transformado en gol por Farinós. El segundo, en la vigésimo primera jornada, pitado por Teixeira Vitienes en Los Pajaritos contra el Numancia, lanzado por Barkero y detenido por Casilla.

Hasta que el canario Hernández Hernández decidió señalar penalti ante el Levante, el Cádiz era el único equipo de la categoría que no había tenido la oportunidad de lanzar una pena máxima en toda la competición. Un dato que habla del diferente rasero con el que muchos árbitros han medido al equipo cadista esta temporada.

Fue un penalti raro, que para mí, no fue. La jugada se dio en un momento inmejorable para los de Víctor Espárrago, que acababan de quedarse con un futbolista más sobre el terreno de juego tras la expulsión en el minuto cincuenta de Xisco. Todo nació en un centro desde la banda que acabó con un remate de cabeza de Enrique que se marchó, muy desviado, por encima del larguero del guardameta Manu. Una vez el extremeño remató, un defensor granota arrolló por detrás al capitán cadista, que cayó al suelo. La jugada, fue considerada como pena máxima por el árbitro de la contienda. Era un acontecimiento muy esperado, que metía nuevamente al Cádiz en el partido, pero que no debió ser señalado por haberse producido después del remate, de manera que el defensor del Levante no interfirió ni obstaculizó a Enrique para nada en el momento de golpear al balón. De haberse producido de otra manera, con el balón en juego, sería un penalti clamoroso.

La pena máxima fue lanzada por Mariano Toedtli de manera primorosa. Un disparo seco, buscando el palo contrario al de la estirada del cancerbero rival. Fue un gol esperado en Carranza por el hecho de que hasta la fecha el Cádiz aún no había tenido ningún penalti a su favor, pero que no sirvió de mucho, ya que pronto el Levante volvió a meter tierra de por medio en el marcador tras el gol de Juanlu.

Aparte del penalti, el partido de ayer deja dos apuntes importantes: que el Cádiz fue incapaz de empatarle a un equipo con dos jugadores menos, recibiendo incluso un gol en los minutos finales y el debut con la camiseta amarilla de Jonathan Ramis.

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