El Celta frena su euforia al caer por primera vez en Balaídos


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Armando no tuvo mucho trabajo, pero lo resolvió muy bien

Crónica de el partido de ayer que puede leerse en La Voz de Galicia Se acabó la racha. El Celta vuelve a tropezar con el Cádiz y a sentirse frágil. Los gaditanos impidieron a los celestes batir el récord de victorias consecutivas del club vigués. La que parecía imparable carrera hacia el ascenso se ha visto frenada por las debilidades que el todavía líder padece. Lo dijo Fernando Vázquez y se cumplió para desgracia de los célticos. El dibujo táctico que tantos éxitos le ha dado depende de la capacidad de Borja Oubiña. El canterano se lesionó nada más iniciarse el partido. Era el momento de comprobar si un equipo ahora sin canteranos, por las lesiones de Israel y Jonathan, era capaz de mantener el nivel. Naufragó. Y es que Roger padeció mil dificultades para detener a Enrique y cometió un sinfin de faltas que causaban mil y un problemas a la zaga viguesa. Capucho tiene calidad pero le falta velocidad para desbordar. Nagore es un acompañante pero no puede ejercer de todoterreno como único pivote. Los célticos ya habían mostrado en A Malata que flaqueaban ante los contratiempos. El técnico optó por tratar de salvar la papeleta con remiendos pero al Cádiz no se le gana con chapucillas. Los gaditanos tienen un armazón defensivo estable y una estructura de ataque que funciona perfectamente en las jugadas a balón parado.

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De Gomar jugó de nuevo.

En la primera parte los andaluces tantearon la situación con el respeto debido a la imparable marcha del líder. La mejor opción celeste la constituyó un cabezazo de Roger que salvó Armando con una gran parada. Sólo Gustavo López logró ayer darle aire a su equipo arriba. De él salieron las pocas posibilidades de gol que tuvieron. Todo lo contrario sucedió con Canobbio y Jandro. Especialmente este último estuvo desaparecido y más cuando Vázquez decidió en el segundo periodo enviarlo a la banda derecha. Para entonces ya ganaba el Cádiz. Una falta que sacó Enrique la peinó Oli y la remachó De Quintana. En todo este tipo de jugadas el conjunto de Víctor Espárrago dio muestras de peligro. El Celta buscó en el 4-2-3-1 una solución basada en la lógica pero necesitaba también aire fresco para su delantera. Compareció Perera por Berizzo en búsqueda de la heroica. No sirvió de mucho porque todo parecía darle la espalda. Para colmo de males en el tiempo añadido Pinto le envía un recado en forma de pisotón a Bezares. El árbitro lo ve, lo expulsa y pita penalti. Con los tres cambios hechos Sergio vestido de portero quiso evitar la puntilla pero no pudo. El Cádiz ganó, como en el Carranza, con claridad a los celestes. Para fortuna viguesa no volverán a verlos en lo que queda de campeonato, y para desgracia el camino del ascenso será algo más largo. por cadistasfinos.com Fuente: La Voz de Galicia

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