El Celta frena en seco


logo_small.jpg
cartel_abonate_peq.jpg
celta_vryzas.jpg
Vryzas con su selección. Ayer no tuvo su día.

Crónica de el partido de ayer que puede leerse en El Faro de Vigo El Celta frenó en seco en el momento en que podía haberle dado un mordisco casi definitivo al ascenso. Cuando todo parecía preparado para que los de Fernando Vázquez se escapasen del pelotón de perseguidores y protagonizasen hasta fin de temporada una carrera contra ellos mismos, las cosas se complicaron de golpe en una mañana negra que se transformó en una continua cuesta arriba para los vigueses y que finalizó con la primera derrota de la temporada en Balaídos y el adiós a la posibilidad de batir el récord de victorias consecutivas.El día arrancó de la peor manera posible por culpa de la lesión de Borja Oubiña en el minuto ocho. El Celta no está acostumbrado a jugar sin él. Su importancia en el equipo ha crecido jornada a jornada hasta transformarse en una especie de mariscal que manda, ordena, trabaja y hace más relajada la vida de la mayoría de sus compañeros gracias a su despliegue físico. Vázquez situó a Nagore en su lugar y mantuvo su idea de jugar con la línea de cuatro medias puntas por detrás de Vryzas. No fue lo mismo, porque Borja no tiene sustituto en este equipo, pero el Celta cargó de salida contra la portería del equipo andaluz, que cumplió con su intención de atrincherarse junto a su guardameta a la espera de que la mañana les ofreciese una perspectiva diferente. En ese momento el empate era un resultado extraordinario para sus intereses y salieron decididos a pretegerlo, sobre todo Jesús, el lateral que tuvo a Gustavo más tiempo en el suelo que de pie. Aunque no disfrutó de grandes ocasiones -se abusó del disparo desde media distancia-, el dominio del Celta fue insultante por la incapacidad del Cádiz de dar dos pases seguidos. Parecía un entrenamiento organizado por Espárrago para comprobar las cualidades defensivas de su equipo.Según fueron pasando los minutos el Celta dejó claro que aquel partido sólo podrían ganarlo de la mano de Gustavo López y de Canobbio. La mayoría de sus futbolistas se fueron desenganchando del partido poco a poco y aunque el Celta seguía bombardeando a Armando (la mejor ocasión la tuvo Roger en un cabezazo que obligó al meta gaditano a hacer una gran parada) la situación ya no era tan alarmante para los andaluces. La situación del Celta fue especialmente grave en la banda derecha donde Capucho le hizo un gran favor a Jonathan, al que ayer era sencillo echar de menos. El portugués se obstinó en cerrarle los espacios a su propio equipo, lo que sumado a la poca ayuda que recibió de un despistado Jandro, convirtió la banda izquierda en el argumento al que el Celta se agarró con fuerza durante ese primer tiempo.

cadiz_fleurquin_benalup.jpg
Fleurquin, la novedad de Espárrago. Ganaron el duelo de uruguayos.

El descanso tuvo un efecto devastador en el equipo vigués que compareció en el segundo tiempo haciendo gala de una intensidad propia de torneo de veteranos. Y ahí el Cádiz vio un resquicio por el que colarse. El Cádiz pertenece a esa clase de equipo que sobrevive muchas tardes gracias al partido que sacan de las jugadas a balón parado. La áspera Segunda División les ha acostumbrado a ganar y perder puntos de esa manera y por eso emplean varias horas a la semana a trabajar ese aspecto del juego. El Celta es todo lo contrario. Desprecia el balón parado. Los defiende mal y los ataca regular pese a tener excelentes cabeceadores. Comete errores ingenuos en esta clase de situaciones y por ahí se le han ido demasiados puntos. En la primera falta lateral del segundo tiempo Jonathan Sesma envió fuera un balón franco ante la mirada cómplice de los defensas vigueses. Fue un mensaje que el Celta no supo descifrar. Unos minutos después el Cádiz aprovechaba una jugada calcada para adelantarse en el marcador y empinar aún más la mañana.Se escucharon las alarmas en Balaídos, pero el sonido no pareció llegar al banquillo del Celta donde Vázquez hacía aspavientos, protestaba al árbitro, se ganaba la quinta amarilla pero no se decidía a mover nada en un equipo que se estaba descosiendo por todas las esquinas y que suplicaba a Gustavo López que arreglase aquello con una genialidad. La presencia de Giovanella en el terreno de juego en los últimos veinte minutos empujó al Celta hacia la portería rival, aunque su irrupción llegó demasiado tarde. El Cádiz regresó a la cueva y se mató a correr tras los célticos conscientes de que se llevaban un tesoro de Balaídos. Vázquez se acordó de que tenía delanteros en el banquillo y dio entrada a Perera en busca de un gol salvador a costa de quedarse sin defensas. O empataba o perdía por una diferencia mayor. Y sucedió lo segundo. Pudo empatar en un par de pelotazos mal defendidos por el Cádiz, pero en el último ataque de los andaluces el árbitro pitó un penalti que provocó la roja a Pinto y cerró con el segundo tanto una mañana negra del Celta que no debería tener mayores consecuencias para los vigueses -siguen líderes con una cómoda ventaja sobre el cuarto clasificado- pero que pondrá a prueba la capacidad de encaje de un equipo que ya se había acostumbrado a ganar. por cadistasfinos.com Fuente: El Faro de Vigo

También te podría gustar...