El Cádiz sale vivo del infierno de Irún

El Cádiz regresaba al Stadium Gal para enfrentarse al Real Unión de Irún, en un duelo crucial e importante para ambas escuadras. Los dos equipos buscaban la victoria, pues una derrota acabaría condenándolos casi irremediablemente al descenso a la Segunda División B, aquella que abandonaron la pasada campaña merecidamente. Este trascendental partido estuvo arbitrado por el valenciano Lizondo Cortés. Víctor Espárrago contaba con las bajas de Toedtli, por acumulación de amonestaciones y de Enrique Ortiz, lesionado la víspera del partido. Así, el equipo titular dispuesto por el técnico uruguayo estuvo compuesto por Kiko Casilla en la portería, De la Cuesta y Fragoso en el centro de la zaga, con Cifuentes y Raúl López en los laterales, doble pivote con Erice y Fleurquin, en las bandas Ramis y Nano González, actuando como enganche Abraham y en la punta de ataque, Diego Tristán. Sorprendía la salida de López Silva del equipo titular a favor del uruguayo Ramis.En los primeros compases del partido el Cádiz intentaba jugar tocando, cambiando el balón de banda a banda, mientras que los irundarras desplegaron de inicio todo su poderío físico, buscando el contacto con el rival y con un estilo de juego más directo. Así, poco a poco el equipo local fue haciéndose con el control del juego y encerró al Cádiz en su campo. Abasolo, después de combinar por banda con Gurrutxaga, trató de meter un buen balón en el área entre los centrales buscando a Brit, pero De la Cuesta cortó el esférico. En la jugada siguiente, en un centro de Aitor Sanz por banda al segundo palo, Abasolo estuvo cerca de batir a Casilla, que consiguió despejar el balón a saque de esquina. El Cádiz, un poco aletargado, intentó sorprender al cancerbero local con un disparo lejano de Nano González, que se marchó muy desviado de la portería.El Real Unión buscaba de manera constante a Gorka Brit, ya fuera mediante desplazamiento en largo del balón o en jugada en corto. Sobre todo, mediante desplazamiento en largo del balón, donde De la Cuesta se mostró inconmensurable, despejando cualquier acción de peligro de las inmediaciones del área cadista. Dominio localCon el paso de los minutos todo seguía igual en el Stadium Gal: un monólogo del Real Unión. En un saque de esquina a favor del Real Unión, Kiko Casilla estuvo a punto de propiciar el gol del Real Unión, tras equivocarse a la hora de organizar un contragolpe. Su envío fue cortado por un jugador irundarra, que le puso un balón franco en el área a Eneko Romo, que solo ante Casilla fue incapaz de definir gracias a la intervención de Raúl López, que imposibilitó el disparo del jugador local.Las llegadas al área cadista por parte del Real Unión fueron constantes, dando el Cádiz una sensación bastante grande de intranquilidad, siendo incapaz de combinar y de crear cualquier acción que inquietara mínimamente a Otermin. Brit no paraba de inquietar a Casilla, llegando a disparar desde fuera del área con mucha fuerza, obteniendo una buena réplica por parte del portero cadista, que consiguió despejar el balón a corner. En ese saque de esquina el Real Unión estuvo otra vez cerca del gol, pero el remate de Eneko Romo se fue fuera. El Cádiz perdía balones en el medio del campo sin cesar y se los regalaba a un Real Unión que llevaba siete saques de esquina en apenas veintisiete minutos.La mejor ocasión cadista fue en un libre directo lejano que sacó con fuerza Nano González y que Otermin despejó con los puños. El Real Unión siguió dominando y la grada del Stadium Gal llegó a protestar pidiendo penalti a favor de su equipo tras un forcejeo entre Brit y De la Cuesta dentro del área. Al borde del descanso, cuando las fuerzas empezaron a flaquearle al conjunto local, el Cádiz pudo disfrutar de posesiones más largas de balón, volcando el juego en la banda izquierda, donde Nano González intentaba desbordar. Después de un minuto de descuento, en el que el Cádiz gozó de un par de buenas llegadas al área de Otermin, Lizondo Cortés decretó el final del primer tiempo, en el que el Cádiz había conseguido sobrevivir. Segundo tiempo infernalEl Real Unión pareció volver de los vestuarios algo más calmado, lo que propició que el Cádiz entrara más en contacto con el balón y que llegara a tocar más en el círculo central. Iñaki Alonso decidió refrescar a su equipo, sacando a Iñaki Goikoetxea, desaparecido en todo el encuentro, para introducir a Juan Domínguez. El Cádiz, si bien no llegaba a tocar inquietando a su rival, había dejado de pasar los apuros del primer tiempo. Poco después se realizó el segundo cambio en el Real Unión, entrando Quero por Sergio Francisco. En la siguiente jugada, tras una jugada de toque entre Ramis y Cifuentes, Nano González disparó desde lejos, pero el lanzamiento se marchó fuera del estadio. Sin embargo, el peligro corría a cargo del Real Unión: primero, Brit disparó al poste dentro del área tras una buena jugada de Abasolo y, después, Juan Domínguez, tras recoger el rechace del disparo de Brit, cruzó demasiado el balón y su lanzamiento se fue fuera. Víctor Espárrago movió ficha: metió al nigeriano Ogbeche, consciente de que tenía que ir a por el partido. El sustituido fue Jonathan Ramis. Así, el Cádiz jugaba con dos atacantes: Ogbeche y Tristán. El Cádiz, que seguía sufriendo cuando no tenía el balón (después de una dejada de Brit, Abasolo, de jugada personal, estuvo cerca de marcar gol) empezaba a combinar con cierto criterio cuando disponía de la posesión. El Real Unión seguía a lo suyo: fútbol directo y controlando el juego y, después de disponer de tres saques de esquina, Brit volvió a estampar un balón en el poste tras disparar a bocajarro dentro del área. Espárrago, después de que Quero volviera a asustar al Cádiz, sustituyó a De la Cuesta por Álvaro Silva. Sin duda, la mejor oportunidad amarilla llegó tras un contragolpe por banda izquierda en el que Nano González pudo ensayar un buen centro que Tristán remató mal de cabeza, cuando tenía la portería para él. El de La Algaba sería sustituido por el argentino Víctor Ormazábal al poco de marrar ese remate de cabeza. Así, con el Real Unión volcado y el Cádiz defendiéndose como gato panza arriba murió el partido, en el que el equipo de Víctor Espárrago consiguió un punto que, si bien no sirve de mucho para recortar distancias con el Murcia, sabe a gloria en vistas a cómo se desarrolló el partido. Un partido de pleno dominio irundarra, en el que el Cádiz disparó tres veces a la portería de Otermin y que consiguió mantener su portería a cero ocho jornadas después.

Autor:Belmonte

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