El Cádiz evita que el Málaga sufra más.

mal_cad_01.jpgMálaga 1 Cádiz 1

Un punto necesitaba el Málaga para no tener que esperar lo que ocurriera en otros campos. Esto era antes de que Julio Amoedo dieran comienzo al encuentro. Después, las victorias de RM Castilla y Alavés, unidos al gol de Javi Acuña, único que campeaba en el marcador durante el segundo tiempo, propició que una tormenta de nervios y desasosiego descargara fuerte sobre La Rosaleda.

El reloj corría inexorablemente y el Cádiz incluso había tenido varias oportunidades para dejar sentenciado el partido. Si Jose se queja de falta de espacios, los que especialmente en el segundo tiempo le dejó Muñiz fue para que nuestro mister se reafirmara en su particular cruzada para justificar los números como local.  Pero no, el Cádiz daba la impresión de no querer hacer más sangre y al igual que Miguel Cuesta abrazaba en el palco a Lorenzo Sanz, los nuestros tenían la llave para que los malaguistas convirtieran en turismo el viaje de la próxima  semana a Castellón.

El empate se veía venir pues el partido era un correcalles. Lucas subía por su banda con tanta determinación y ganas como despreocupación por defender la victoria. En una de ellas, fue el Chengue Morales quien cayendo a banda supo centrar para que Hidalgo, a placer y con todo el placet de la zaga fusilara a Limia. Era el empate y todos contentos.  Hoy por ti, mañana por mi.

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