El Athlétic gana sin quererlo
El Cádiz ha perdido en San Mamés. Lo peor no ha sido eso. Tampoco que haya sido por la mínima y sin merecerlo. En este caso, tampoco da igual el resultado. El resultado ha supuesto el que probablemente sea el golpe más duro que ha sufrido el Cádiz está temporada. Y eso que ante Valencia, Zaragoza, Mallorca, en casa, y en Villareal, o Bernabéu, a domicilio, el bloque cadista sufrió duras embestidas. Nadie, o al menos muy pocos, hacían presagiar que los que llevan los leones en su escudo (en el terreno de juego son otra cosa) tuvieran recursos para ganar el partido a medida que este avanzaba. Clemente, bien entrada el segundo tiempo, quitaba los únicos que podían asustar: Urzáiz y Aduritz. El empate era buen resultado para ambos. Nadie quería arriesgar lo mínimo, y en cierta forma era comprensibles, pues los dos conjuntos tenían su lectura positiva que sacar del punto. El Cádiz, en superioridad desde poco de empezar el encuentro por expulsión de Amorebieta, no supo asestar el golpe definitivo pese a las invitaciones de un fallón Lafuente. Sin apenas disparos a puerta, pero con un cómodo control del juego del Cádiz, se llegó al alargue del partido. Incomprensiblemente, un Cádiz más entero, dejó que el Athlétic casi sin quererlo, terminara el partido rondando el área de Limia. En esas, un balón colgado que falla Ale Limia. Vuelta a la olla y el esférico termina en saque de esquina. Poco tiempo había para más. Lo bota Julen Guerrero y el balón supera el brazo del portero argentino que no calcula bien. Casi es gol de los llamados olímpicos si no es por la mano “salvadora” de Varela. Penalti y expulsión sin discusión. Ale Limia había cantado. Parece que quería equilibrar su balanza por la parada a Luis García de la semana pasada. Lo mete Iraola y Megía Dávila lo manda a repetir. Tampoco perdona Tiko el regalo de Limia. El Cádiz que da un balón de oxígeno al Athlétic cuando este más lo necesita. Toca una semana dura. Es duro perder de esta manera.
